ESPAÑA

«Una política insostenible nos hizo olvidar quién asumiría nuestras deudas»

José María Aznar denuncia la «despreocupación lamentable» de los gestores públicos españoles

MADRID. Actualizado: Guardar
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José María Aznar se entregó ayer a una crítica feroz del comportamiento mantenido por las administraciones públicas en los últimos años. Sin señalar a nadie, el expresidente del Gobierno censuró «el hábito de gastar sin medida y sin preocuparse por cómo se pagarán ni qué beneficio social dejarán esos gastos». La crítica llega cuando las comunidades autónomas, la mayoría en manos del PP, se enfrentan a enormes dificultades para hacer frente a sus pagos tras superar de lejos el límite de déficit al que se habían comprometido para 2011.

«Si la situación en la que nos encontramos hoy es tan grave es porque una política insostenible nos hizo olvidar quién asumiría nuestras deudas en caso de que no pudiéramos satisfacer nuestros compromisos», subrayó el presidente de honor del PP durante su intervención en el 'Foro Global de Sostenibilidad', organizado por la Secretaría General Iberoamericana y Ernst & Young.

El exjefe del Ejecutivo, alejado de la primera línea política pero siempre presto a dar su opinión sobre los males que a su juicio acucian a España, adujo que una «despreocupación lamentable» ha llevado a «consolidar como derechos adquiridos lo que se prometió pagar con ingresos coyunturales que han desaparecido para no volver». Y marcó a su sucesor Mariano Rajoy el rumbo a seguir. «Debemos asumir sin demora un programa de reformas que hagan realidad el futuro de empleo y prosperidad», apuntó.

Su discurso coincidió en el tiempo con las declaraciones del presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), en Madrid. El 'heredero' de Francisco Camps defendió que su autonomía, la más endeudada de España, «no tiene que arrepentirse de nada» y que lo que se hizo «está bien hecho».

El político valenciano argumentó que no se puede juzgar el pasado con los parámetros actuales porque hace unos años la situación era de bonanza y porque los gastos asumidos -el aeropuerto de Castellón, la celebración de la Fórmula 1 o la Ciudad de las Artes y las Ciencias- buscaban que se viera a su región como «referente de prosperidad y progreso» y permitieron construir infraestructuras que son una «postal de modernidad» para el mundo.