Y al séptimo día Gómez se presentó a la plantilla azulina

Parecía que el viernes, día en que Jesús Gómez fue nombrado nuevo presidente del Xerez, sería también la jornada elegida por el arquitecto para darse a conocer al vestuario azulino. Pero los futbolistas del Deportivo han tenido que esperar varios días más para verse cara a cara con el directivo del cuadro jerezano. El encuentro fue breve, entre cinco y diez minutos en el interior del angosto vestuario de Montecastillo. El propio Chema, uno de los capitanes del equipo, contó que había sido «un encuentro muy corto, muy breve. Entró y habló con Vicente Moreno, con Mendoza y después con todo el mundo como es lo normal en estos casos. Nos transmitió su apoyo para que en lo deportivo siga funcionando y nada más. Solo nos ha transmitido eso, la sensación de ánimo de cara al encuentro contra el Barcelona».

A pesar de la tardanza, la primera plantilla incluso ha agradecido que se haya retrasado la presentación porque «la semana ha sido muy convulsa a nivel extradeportivo. Por suerte el domingo el equipo dio la talla, ganó el partido y ahora se ha hecho esto con más tranquilidad. De momento, es una primera toma de contacto y poco a poco trataremos de entendernos cuando los capitanes nos sentemos con él para solucionar los temas que tenemos abiertos».

Pese al gesto de Jesús Gómez, Chema apunta que el objetivo «por todos los medios es que el tema deportivo siga adelante. Tenemos un convenio que hay que firmarlo lo antes posible y depende mucho de que los acreedores vean tranquilidad y que el Xerez siga en Segunda es vital para el devenir del club. Los futbolistas lo tenemos clarísimo y antes de irnos de vacaciones ya entonamos el mea culpa porque sabíamos que nuestro trabajo afectaba a la institución. Ojalá que el domingo se vea un Xerez valiente y nos podamos traer los tres puntos de Barcelona».

Por su parte, Jesús Gómez argumentó que el motivo de su visita únicamente era conocer a los futbolistas en primera persona y que en estos momentos están tratando de reconducir la situación tras el esperpento de los primeros días.