El Mirandés aplaza la proeza
El equipo de segunda B se adelantó con goles de Arroyo y Pablo Ifante pero terminó sucumbiendo al 'sprint' final del Espanyol
BARCELONA Actualizado: GuardarEl CD Mirandés se resiste a despertarse del sueño más dulce de su vida. El equipo sorpresa de la presente edición de la Copa, que ya eliminó a Villarreal y Rácing en las eliminatorias previas, hizo este martes historia. No sólo disputó por primera vez en sus 85 años de existencia unos cuartos de final de Copa, sino que puso contra las cuerdas a todo un RCD Espanyol, vencedor cuatro veces del torneo, y permite a los 3.500 socios de la entidad burgalesa fantasear con la gesta dentro de una semana. Sólo una remontada increíble del Espanyol, que logró hacer tres goles en los últimos 5 minutos, evitó a los rojillos dejar la eliminatoria muy encarrilada.
Pocas veces los sueños se hacen realidad, aunque el equipo castellano está dispuesto a cargarse todos los tópicos que rodean al fútbol. El Espanyol puso toda la carne en el asador, Pochettino no reservó a ningún titular (sólo faltaba Sergio García por lesión) y los jugadores pericos saltaron al campo muy mentalizados de la importancia del encuentro. De hecho nadie puede acusarles de falta de actitud. Simplemente cayeron en la trampa del Mirandés, que tiene a Arroyo y a Pablo Infante como la dupla más letal de la Copa. Y además la cosa pudo ser peor para los pericos si Mateu Lahoz llega a ver dos penaltis claros cometidos por los blanquiazules. Ahí sí se cumplió una de las máximas del fútbol: el árbitro benefició al poderoso.
Tras cargarse a Linense, Logroñés, Villarreal y Rácing, los burgaleses ya le han cogido el pulso a la competición y administran mejor nadie los nervios. "Visitamos al Espanyol con toda la ilusión del mundo y con nada que perder y mucho por ganar". Con esa actitud y con un gol a favor en el minuto 16 (de Arroyo), el Espanyol empezó a ser presa de los nervios y no pudo y no supo deshacer la tela de araña que Carlos Pouso puso sobre el estadio de Cornellà. Fue un querer y no poder de los 'pericos', que cedieron dos errores defensivos, imperdonables ante Arroyo y Pablo Infante, que son jugadores de segunda B, pero tienen la calidad suficiente para definir. Sin embargo, el gol de Weiss, en el 84, metió al Espanyol en la eliminatoria e hizo ver a los suyos que el arreón era posible. Se veían con pie y medio fuera y en cinco minutos muy locos le dieron la vuelta. El cansancio de los visitantes también ayudó.
Faltan 90 minutos y seguro que el Estadio Municipal de Anduva, el martes que viene, vivirá el partido más importante de la historia del club burgalés. La proeza rojilla está más cerca.