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Antonio Pérez, presidente de Kodak, junto a Barack Obama./PL
tecnología

Kodak, en la jungla digital

La marca de material de fotográfico emprende una delicada remodelación con la amenaza de la bancarrota

M. MCLOUGHLIN
MADRIDActualizado:

Hablar de Kodak y no hacerlo del carrete es complicado por mucho que la compañía estadounidense abandonase. Difícil no evocar una época reciente donde eso de repetir las fotos era una cosa que se hacía con cuentagotas y la mayor preocupación era perder los recuerdos de todas las vacaciones por una imprudencia a la hora de sacar 'el rollo'. Un mercado casi extinto que sobrevive gracias una escasa clientela en una moda muchas veces enmarcado en la corriente 'vintage' que tantas cosas del fondo del armario ha rescatado. Son recuerdos que traen a la memoria los buenos tiempos donde la compañía estadounidense que nada se parecen a los que vive a día de hoy.

Eastman Kodak, comandada desde 2005 por el español Antonio Pérez, está negociando un crédito a contrarreloj con CityGroup para asegurarse la liquidez en los próximos meses, claves para su futuro. Y es que necesita 1000 millones de dólares (790 millones de euros) para poder seguir activa mientras se acoge al Capítulo 11 (la versión 'yankee' del Concursos de Acreedores).

Las conversaciones con la entidad financiera llegan apenas cuatro días después de anunciar que se reinventaba para hacer frente a las exigencias de un mercado cada día más agresivo y agilizar el proceso para convertirse en una compañía digital. Sus tres filiales quedarán enmarcadas en tan solo dos divisiones: consumidor y clientes comerciales. Más que una declaración de intenciones, parecía una maniobra en el filo de la navaja para evitar una bancarrota que la mayor parte de los analistas daba por inminente. Y es que al principio del año el 'Wall Street Journal' se hizo eco del supuesto ultimátum que recibió la marca de Rochester: o las acciones recuperaban la cota del dólar en un plazo de seis meses o quedaría fuera del selectivo neoyorquino. El valor de sus títulos, en la última sesión, rebotó hasta situarse en un nivel superior a los sesenta centavos, algo insuficiente si se tiene en cuenta que cerró la semana con un caída del 8%.

Este pequeño respiro que le concedieron también se vio propulsado por la demanda que Kodak ha interpuesto a Apple y HTC por violación de cuatro de sus patentes de tratamiento de imágenes con sus dispositivos. Este nuevo litigio vuelve a colocar, por enésima vez, la guerra de las patentes en el centro del sector tecnológico. Este es el argumento que la compañía de la manzana utiliza cuando guerrea judicialmente con Samsung para evitar que su tableta pueda llegar al mercado o es el motivo que empujó a Google a hacerse con Motorola. Disponer de estos registros supone privar a tus rivales de desarrollar esa tecnología, a excepción de que se llegue a un pacto. Kodak tiene ahora en su larga cartera de patentes su mayor valor y ahora busca al mejor postor que este dispuesto a pagar por ellas.

La resolución de los litigios

Se calcula que más del 70% de los móviles utiliza algún sistema que los de Rochester patentaron en su momento. La compañía debe manejar los tiempos de esta hipotética venta por los enfrentamiento judiciales que mantiene con Apple, RIM o HTC, ya que en caso de salir triunfante, aumentaría notablemente el valor de estos derechos.

También cabe recordar que lleva intentando encontrar un comprador para 1.100 patentes que puso en el escaparate pero no lo ha logrado. Quizás si se acoge a una suspensión de pagos ordenada, logre el tiempo y la tranquilidad necesaria para encontrarlo.

Kodak, responsable de la primera cámara digital que un empleado suyo inventó en 1975, afronta de esta manera una difícil entrada a lo que ya se puede considerar una jungla en toda regla. Por el momento, ser uno de los líderes mundiales en sectores como la distribución de películas fotográficas en el mercado del cine o de películas de imágenes para su uso en el sector médico no parece suficiente para asegurarse su supervivencia.

El cambio en su organización, vigente desde el pasado uno de enero, servirá "para colocar" a las personas adecuadas en lugar correcto para "capitalizar el potencial tecnológico" de la compañía, en palabras del propio Pérez. La estrategia apunta a reforzar la producción de los servicios para empresas, una decisión parecida a la que tomó IBM en su momento. Todo para no acabar siendo una víctima más de la era digital.