El presidente del Gobierno y Teófila Martínez. :: REUTERS
ANDALUCÍA

Fervor 'mariano'

Unos 1.500 asistentes corean el nuevo grito de guerra cara a las elecciones del 25-M: 'Se siente, se siente, Arenas, presidente'Los populares andaluces aclaman a Rajoy en su primer gran acto público como jefe del Gobierno

MÁLAGA. Actualizado: Guardar
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Como jefe de la oposición, el gallego Mariano Rajoy fue un asiduo visitante de Andalucía hasta el punto de considerarse un andaluz de corazón. Este cariño por el sur le fue devuelto ayer en Málaga durante su primer gran acto público como presidente del Gobierno. En el día fuerte de la convención autonómica del partido que hoy se clausura, los populares de esta región le recibieron con el fervor que se le tributa a los ídolos en los que se depositan las grandes esperanzas.

En plena mudanza familiar a La Moncloa, con las primeras medidas de ajuste de su Ejecutivo aún calientes y en medio de una gran zozobra económica en Europa, Rajoy bajó en AVE de Madrid a la capital de la Costa del Sol. A las 12.40 de la mañana llegó al Palacio de Ferias y Congresos donde le recibieron el presidente autonómico del PP, Javier Arenas, su homólogo en Málaga, Elías Bendodo, el alcalde de esta ciudad, Francisco de la Torre, y el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Tras una foto en el hall ante las grandes letras del lema de este cónclave 'El cambio andaluz', Mariano Rajoy hizo su entrada triunfal en un abarrotado salón de actos que se quedó pequeño para acoger a los cientos de militantes, simpatizantes, cargos públicos y orgánicos del PP e invitados llegados de todos los puntos de Andalucía. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, tuvo que interrumpir su intervención para cederle el protagonismo al jefe del Gobierno.

Cuando le tocó intervenir, recibió una cerrada y prolongada ovación -casi un minuto- de un auditorio entregado y puesto en pie, mientras él pedía, con humildad, que le dejaran hablar. Cuando iba a hacerlo se empezó a corear el grito de: «¡Presidente, presidente!». Las muestras de aclamación, y en ciertos puntos de admiración, se volvieron a repetir en los escasos cien metros que le separaban del salón de actos de la zona de autoridades por la que se marchó. Empujones y codazos se sucedieron entre unos simpatizantes ansiosos por estrecharle la mano, darle un beso, hacerse una foto junto a él para enseñarla a los amigos o para intentar hablar con el nuevo gran ídolo del centro-derecha español.

El otro gran protagonista fue el candidato del PP a la presidencia de la Junta de Andalucía en las vitales y reñidas elecciones autonómicas del 25 de marzo. El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, fue el encargado de lanzar el que ya es el nuevo grito de guerra de los populares cara e esos comicios: 'Se siente, se siente, Arenas presidente'.

Poder municipal

Un eslogan coreado por los casi 1.500 asistentes al plenario, entre los que se encontraban los alcaldes populares Juan Ignacio Zoido (Sevilla); Teófila Martínez (Cádiz); José Torres Hurtado (Granada); José Antonio Nieto (Córdoba); José Enrique Fernández de Moya (Jaén); y Luis Rogelio Rodríguez Comendador (Almería), símbolos del poder municipal del partido de la gaviota. También estuvieron el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro; la vicepresidenta del Congreso de los Diputados, Celia Villalobos; y la portavoz del PP en el Parlamento regional, Esperanza Oña.

Tanto Arenas como Rajoy tuvieron emotivas palabras de recuerdo para la familia de la joven Marta del Castillo tras conocerse la sentencia del caso y para el presidente fundador del partido, Manuel Fraga, que se encuentra enfermo.

Una de las anécdotas de la jornada se vivió en la zona de Nuevas Generaciones donde Javier Arenas y su hijo jugaron una partida de futbolín -poco andaluz ya que los jugadores vestían del Real Madrid y el Barcelona- frente a la ministra Báñez y el número dos del PP regional, Antonio Sanz. Éste, que hace unos días perdió a su padre, recibió numerosas muestras de cariño y apoyo en una convención en la que el partido ha renunciado al color corporativo (azul) en los cordones de la acreditación de los cargos públicos, por el verde, el de la esperanza. Quizás en un guiño a los hados del destino para intentar lograr la victoria en las urnas andaluzas.