Bisbal se pone serio con su nuevo show

Desde el mediodía hacían cola a las puertas del Gran Teatro Falla los fans más acérrimos del cantante español más internacional, que retomó su gira acústica el pasado otoño después de abarrotar los principales auditorios del país. David Bisbal rescata los temas más exitosos de su carrera en un formato acústico que muestra la cara más íntima del músico. Acompañado de guitarras acústicas, españolas, contrabajo, vientos y un piano de cola, este nuevo show le ha permitido al extriunfito acceder incluso al Teatro Real, actuación que quiso inmortalizar en un disco y dvd que acaba de llegar ahora al mercado americano.

Fans de todas las edades rodeaban ayer por la tarde las inmediaciones del coliseo gaditano esperando la hora de que se abrieran las puertas. Había adolescentes, parejas e incluso abuelas con sus nietas, ya que la música de Bisbal gusta a cualquier generación. Horas antes de que diera el comienzo el concierto, las treinta personas que atesoraban las entradas VIP (130 euros cada una), esperaban su turno para ver de cerca al cantante. Después, minutos antes de la salida al escenario de Bisbal, el Falla, ya abarrotado, recordaba al ambiente que se vive durante el Carnaval. El jaleo, la alegría, el entusiasmo, las palmas y los coros no tenían mucho que envidiar a los que se escuchan entre las paredes del coliseo en pleno concurso. Bisbal puede sentirse orgulloso de la acogida que le brinda Cádiz, una ciudad que no recibía al músico desde que este actuara en el festival Cádiz Latino en el verano de 2009.

Ahora, el marco era bien distinto y el show, más. Bisbal se pone serio, íntimo y romántico y regala a sus seguidores un espectáculo atípico para un músico de su clase. Con esta gira ha querido el almeriense conmemorar sus diez años de carrera desde que abandonara las luces de 'Operación Triunfo'.

Mucho más maduro ,y con varios premios nacionales e internacionales a sus espaldas (como el Ondas o el Grammy Latino), ha querido dar un paso más hacia delante con un concierto que recupera sus canciones más famosas, esas, como 'Ave María' o 'Lloraré las penas' que han llenado corazones igual que pistas de baile en los últimos veranos.

Tras los gritos más intensos, el silencio y después unos acordes de guitarra española marcaron el inicio de una velada muy especial para los fans gaditanos y también para el propio Bisbal, ya que la de anoche fue su primera actuación en el teatro gaditano. El arranque, muy flamenco, gustó a la audiencia, expectante por ver aparecer los rizos rubios del cantante, ataviado con un serio esmoquin negro. La noche empezó con 'Ruido', uno de los temas más famosos de Bisbal, al que la audiencia no paró de regalar en ningún momento ánimos y piropos.

Además de sus canciones más bailables, muchas de ellas redescubiertas en forma de baladas, el intérprete rescató algunos clásicos del otro lado del charco como 'Muñequita mía', del grupo Jambao o 'En un rincón del alma', de Alberto Cortez.

Con 'Lloraré las penas' apareció la primera patada en el aire del músico, que regaló a los suyos un sinfín de guiños y besos, y el ambiente sobre el escenario abandonó la sobriedad del principio. Después, algo de ritmos jazzísticos para introducir 'Ausencia', una de sus primeras canciones. También hubo homenaje a Alejandro Sanz y a Joan Manuel Serrat con versiones de sus canciones como 'Ella' o 'Lucía'.

El público, rendido a los pies del cantante, que se despojó de su chaqueta para interpretar su hip 'Ave María', aplaudió esta versión mucho más lenta que el original. Parte del público se levantó del asiento y se acercó a la primera fila para inmortalizar el momento. Todo el Falla se puso en pie para bailar y corear el tema, uno de los más esperados del repertorio. En definitiva, Bisbal se pone serio con este nuevo espectáculo.

Lo que quedó claro anoche en el Falla es que a más de uno en el público le ha pillado desprevenido, a juzgar por los 'chisteos' que se oían cada dos por tres para acallar espontáneos arrebatos de alegría y efusividad.