Mas pide reciprocidad al PP si quiere apoyo para los ajustes
BARCELONA.Actualizado:El sí de CiU al plan de austeridad impulsado por el PP y aprobado el miércoles en el Congreso no es un cheque en blanco para toda la legislatura. Ni mucho menos. Como ya hizo el lunes en la City de Londres, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, viajó ayer a Madrid para explicar el rumbo que tomarán su Gobierno y la federación nacionalista en los próximos tiempos.
A corto plazo, Mas ofrece al PP y al Gobierno central apoyo para salir del atolladero. Eso sí, por un tiempo muy limitado, salvo que haya contraprestaciones. Según el president, votar a favor de la investidura del presidente del Gobierno, como hizo CiU en 2000 con José María Aznar, sería un compromiso para toda la legislatura, y respaldar unos presupuestos es dar un aval de doce meses. ¿Y refrendar el primer plan de ajuste del PP? Algo puntual.
«Hemos firmado un depósito a plazo. Cuando venza, se retira o se renueva. Veremos en las próximas semanas», afirmó ayer el presidente de la Generalitat ante un auditorio plagado de empresarios. Artur Mas, presidente de un Govern asfixiado por los problemas de tesorería, viajó a Madrid en busca de unos gestos que considera que desde el Gobierno central no acaban de llegar. Ese «depósito a plazo» puede mantenerse en el tiempo, señaló, si se crea una relación de «confianza» entre Barcelona y Madrid. Para que ocurra, el Estado tendría que pagar las deudas contraídas con Cataluña (fondo de competitividad e inversiones previstas en la disposición tercera del Estatut), el Parlamento no debería legislar sobre las espaldas de las comunidades, y las autonomías deberían ser tratadas como lo que son, «una parte consustancial del Estado», según Artur Mas.
Pero, sobre todo, el presidente reclamó compromisos con un nuevo sistema de financiación, que acabe con el actual que implica para Cataluña un «drenaje fiscal» continuo. Un nuevo pacto, en línea con el concierto económico vasco y navarro, que a entender de Mas acabaría con una «injusticia fiscal» y además evitaría el «divorcio creciente» entre Cataluña y el resto de España. «Debemos construir un espacio de convivencia amable», afirmó.
Y de paso, aunque Mas negó que el voto de CiU buscara a cambio el apoyo de los populares a las cuentas catalanas, el caso es que, por lo que dijo la presidenta del PP catalán, la federación nacionalista se aseguró la complicidad popular de cara a la votación de los presupuestos la semana que viene en el Parlament.