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El Gobierno ruandés celebra que se revise el origen del genocidio de 1994

R. C.
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El misil que derribó el avión del presidente de Ruanda, Juvenal Habyarimana, en 1994 y que marcó el inicio del genocidio en Ruanda fue lanzado por extremistas hutus y no por los tutsis. Según las conclusiones de la justicia francesa, el actual presidente y antiguo líder del Frente Popular Ruandés, Paul Kagamé, no tuvo nada que ver con este atentado, como se creía hasta el momento. De haberse sabido entonces, este hecho podía haber evitado la muerte de más de 800.000 personas.

En 2006, un juez había atribuido el asesinato de Habyarimana y los miembros de la tripulación del avión de nacionalidad gala a Kagamé. Esta decisión provocó que las autoridades de Ruanda rompiesen relaciones con Francia. Pero cuando aquel magistrado se jubiló, su sustituto, Marc Trévidic, decidió reabrir el caso e investigar sobre el terreno.

En septiembre de 2010, este juez francés salió de su despacho y acudió a Kigali junto a dos especialistas en misiles, otros dos en accidentes aéreos, dos geómetras y un piloto de 'Falcon 50' -el mismo modelo de avión que aquel en el que volaba Habyarimana- para analizar la zona del ataque. Sus conclusiones exculpan al actual presidente ruandés y demuestran que aquel ataque fue una simple excusa para iniciar un genocidio previamente planificado.

El informe de Trévidic también sugiere que hubo cierta intencionalidad política en la línea en la que se había trabajado hasta el momento y en la decisión de lanzar una orden internacional de arresto contra el presidente ruandés.

«Momento histórico»

El abogado de Paul Kagamé, Bernard Maingain, celebró el cambio en la posición de la justicia francesa y lo catalogó de «momento histórico». «Ahora, habrá que investigar en la dirección que nosotros hemos marcado durante años», apuntó a la emisora France Info.

El Ejecutivo ruandés afirmó que este hallazgo ha cerrado las puertas a «una campaña» puesta en marcha hace 17 años y que ha pretendido negar este genocidio y culpar -sin pruebas- a los tutsis. «Ya está claro que el derribo del avión fue un golpe de Estado llevado a cabo por extremistas hutus y sus asesores, que controlaban Cuartel Kanombe (desde donde se dispararon los misiles)», declaró ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Louise Mushikiwabo.