Los duques de Cambridge acudieron a un rodeo con los sombreros que les obsequió el alcalde de Calgary. :: AFP Letizia le regaló a Camila un cachorro de la ONCE. :: AFP
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Una silla de camello para Camila

Y veinte sombreros para los duques de Cambridge, el Corán para Carlos... El príncipe de Gales hace públicos los regalos oficiales

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Los miembros de la realeza necesitan varias maletas vacías cada vez que emprenden un viaje oficial al extranjero. El equipaje extra pronto se llena de recuerdos, exóticos y corrientes, grandes como caballos y pequeños como simientes. El intercambio de regalos forma parte del protocolo establecido, pero la oficina del príncipe Carlos de Inglaterra ha dado un paso más con la publicación esta semana de todos los obsequios recibidos por el heredero de la Corona, su mujer Camila y los duques de Cambridge en sus salidas oficiales más allá del Reino Unido. Cerca de medio millar de regalos, acumulados en cuatro viajes y 37 días.

Los libros es el obsequio más repetido. El príncipe de Gales vio satisfecho su interés por las religiones no cristianas al recibir en España una copia del Corán. Clarence House lo apunta como el regalo de un particular pero no aporta pistas sobre su identidad ni sobre la calidad o antigüedad del texto sagrado. Es un ejercicio de transparencia sin ánimo de dar pie a comparaciones sobre la generosidad de los países anfitriones de la Casa Real y la de cientos de personas que saludaron a los cuatro distinguidos viajeros el año pasado.

La familia real española también se fijó en las aficiones de su pariente británico y regaló a Carlos un maletín con semillas de frutas y verduras, entre otros detalles exquisitos. En el mismo viaje de la primavera pasada, la duquesa de Cornualles recibió un perrito de la ONCE y varios tarros de mermelada de naranja. Más fácil de meter en la maleta que la silla de camello que Camila obtuvo días más tarde en Marruecos.

Guillermo y Catalina pudieron llenar un baúl con la veintena de sombreros, gorros y tocados que acumularon en su primer viaje oficial, a Canadá y Estados Unidos. En 11 días del pasado julio sumaron unos 200 obsequios, incluido un iPad cortesía del gobernador de California. Fueron especialmente útiles cuatro sombreros vaqueros que les regalaron el alcalde de Calgary y otro canadiense. La pareja acudió a un espectáculo de rodeo, vestidos ambos de cowboys y con las cabezas bien cubiertas bajo magníficos ejemplares en lienzo blanco.

Clarence House apunta en su listado tocados de plumas de pavo real y de tela escocesa que los canadienses regalaron a la duquesa de Cambridge. El duque volvió a casa con un nuevo casco de aviador y con una enorme colección de gorras de béisbol. ¿Será una señal de que le conviene esconder su prominente calvicie? Lo que sí se desprende del registro es que regalar sombreros es un hábito de escasa costumbre en España.