ESPAÑA

Camps adjudicó a dedo a Urdangarin la promoción de la Copa América

El acuerdo para «potenciar» el evento en el extranjero era una cláusula del convenio para los fallidos Juegos Europeos y por el que se pagaron 382.000 euros

MADRID. Actualizado: Guardar
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No solo las cumbres 'Valencia Summit' o los primeros Juegos Europeos que nunca llegaron a celebrarse. El Gobierno valenciano también contrató a dedo, sin ningún tipo de concurso público, a Iñaki Urdangarin y a su instituto sin ánimo de lucro para la «potenciación internacional» de la XXXII Copa América de Vela de 2007. Y, desde luego, no fue gratis.

El acuerdo entre la Generalitat y Nóos contemplaba el pago a la ONG de dos partidas por valor de 6 millones de euros como contraprestación por la promoción en el extranjero, especialmente en China, del evento náutico y la celebración de esos famosos Juegos Europeos. Al final, solo se entregaron 382.000 euros al duque, según sostiene la Generalitat, que el pasado noviembre negó cualquier intervención de Nóos en el evento. Ayer, la Consejería de Turismo matizó: Nóos no tuvo nada que ver en la designación de Valencia como sede, aunque sí pudo hacer trabajos posteriores.

El convenio que confirma, ya oficialmente, que Urdangarin también metió mano en la Copa América está fechado el 23 de diciembre de 2005, consta de ocho páginas y tiene las firmas, entre otros, de Víctor Campos, el entonces vicepresidente de Camps, que asegura obrar a «propuesta del presidente de la Generalitat» y de Diego Torres, el exsocio de Urdangarin, como «vicepresidente» del Instituto Nóos de Investigación Avanzada.

Fue una adjudicación a dedo, sin concurso, pues, tal y como desvela el documento, se hizo al amparo de la figura legal de «convenio de colaborción con entidades e instituciones públicas o personas físicas o jurídicas privadas», que solo exige el informe favorable de la Consellería de Hacienda y la mera autorización del Consell.

La Generalitat, en ese convenio, se comprometía a desembolsar 4,8 millones para «gastos corrientes» detraídos de los presupuestos de 2006 y 2007 y otra partida adicional de 1,2 millones para «gastos de inversión» a cargo de esos mismos ejercicios. Según la documentación en poder del juez del 'caso Urdangarin', la Generalitat dio luz verde al pago de esas partidas en una reunión del Consell el 12 de mayo de 2006, aunque finalmente, insiste el Gobierno autonómico, solo se hicieron efectivos 382.000 euros y solo tras la presentación de facturas.

La parte referida a la Copa América es la última cláusula de aquel acuerdo, la número 10. En ella, Nóos, a cambio de las millonarias gratificaciones, se compromete a «asesorar» para «poner en marcha» todas las «acciones» que «puedan contribuir a la potenciación y optimización de las ventajas estratégicas para la Comunidad Valenciana en el ámbito internacional derivadas de la celebración de la Copa América 2007». «De un modo particular» la ONG del duque, que en el documento asegura «disponer de un selecto número de expertos internacionales en estrategias de patrocinio deportivo», promete trabajar especialmente en los «países de abanderamiento de las embarcaciones que compiten en este evento» y «de modo singular, en China» para promocionar la competición y la región. En otros pasajes del convenio se insiste en que Nóos se debe ocupar de los «aspectos estrategicos de componente internacional» de la Copa con el fin de destacar la «presencia de la Comunidad Valenciana en los países cuyas embarcaciones compiten en este evento».

La confesión

El primer indicio de que Urdangarin y su instituto tuvo relación directa con la Copa América apareció en noviembre, al conocerse que un exsocio del duque en Nóos y amigo del yerno del rey, Juan Pablo Molinero (imputado en el 'caso Babel desde el pasado lunes), había reconocido en un cuestionario a una plataforma de patrocinio deportivo que él mismo, en nombre del instituto, había intermediado para que Valencia se convirtiera en la sede de la XXXII Copa América de Vela de 2007.

Según Molinero, uno de sus primeros trabajos para Urdangarin fue intermediar para que la America's Cup terminara en España. «Estando en Nóos, una de las cosas que hacemos es negociar con ACM (Americas Cup Management, organizadores del evento) el contrato de la Copa América, cuando Valencia se lleva la Copa América». De acuerdo con su testimonio, la fundación es la que «negocia» directamente con el entonces presidente de la ACM, Michel Bonnefous, y con el suizo Michel Hodara, consejero delegado del mismo organismo.

«Y el tema, ¿cuál fue? Pues que la ciudad firma con ACM y ellos piensan: 'Todo el tinglado es mío, págame y hasta luego'. Y yo digo: '¡Un momento! Uno como ciudad tendrá derecho a tener algo'. Ahí fue donde participábamos con Valencia», confesaba Molinero en ese cuestionario.