EL PRODIGIO

Minnesota tiene un jugador increíble para el futuro. Va a ser aún mejor, éste es solo el comienzo» (José Manuel Calderón, jugador). «Ahora entiendo todo el alboroto sobre él. Ahora comprendo a los ojeadores que volvían emocionados de Europa todos estos años» (Peter Vecsey, gurú). Son algunos de los últimos piropos que ha recibido Ricky Rubio, que vuelve a ser portada de las webs deportivas y cuyo baloncesto ha levantado una pasión enorme en su equipo, Minnesota Timberwolves, y en toda la NBA.

A pesar de ello, su entrenador, Rick Adelman, como perro viejo que es, quiere mantenerle con los pies en la tierra y aún no le ha otorgado los galones de titular. Aún así, juega los minutos más importantes de los partidos, que son los últimos, y su estadística tras menos de diez partidos es asombrosa, 10 puntos, 7.5 asistencias y 4 rebotes por partido, con tres 'dobles dobles' incluidos. Todo en 28 minutos, por lo que a poco que jugara más sus números serían de 'Rookie' del año sin ninguna duda.

El año pasado el baloncesto de Ricky Rubio estaba deprimido. El sistema de su entrenador en el FC Barcelona, Xavi Pascual, le ahogaba. «Me gusta de mi entrenador que no nos hace sentir como robots», fueron unas de sus primeras palabras nada más llegar a Estados Unidos. Afortunadamente, y contra todo pronóstico, el cambio que tanto temía le ha provocado un cambio en su baloncesto del que se aprovechará su equipo, nosotros aficionados y también la selección española de baloncesto, que vuelve a contar en sus filas con 'El prodigio' y no con ese jugador que parecía que jugaba al baloncesto por obligación la temporada pasada.

Es una verdadera gozada verlo, pero sobre todo ver cómo su papel es decisivo desde el primer día. Ya lo dijo un tal Lebron James: «Ese chico sabe pasar la bola».