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Jorge Fernández Díaz, con altos cargos del ministerio. :: E. AGUDO
ESPAÑA

El Gobierno avisa a ETA de que «no se dejará presionar»

El PP pide a Patxi López que apremie a los terroristas para que desaparezcan y no a Rajoy para cambiar la política penitenciaria

MELCHOR SÁIZ-PARDO
MADRID.Actualizado:

Segundo mensaje de firmeza del Gobierno en apenas 24 horas. Si el lunes desde Vitoria fue Alberto Ruiz-Gallardón el que dejó claro que el Ejecutivo no prevé introducir cambio alguno en la política que desde hace años se aplica a los presos de ETA, ayer fue Jorge Fernández Díaz el que advirtió de que el Ministerio del Interior «no se va a dejar presionar» ni por la izquierda abertzale ni por la banda para cambiar su política penitenciaria con respecto a los presos terroristas.

El titular de Interior se refirió expresamente a la multitudinaria manifestación del sábado a favor de los internos de ETA, sobre la que dijo «no es ninguna novedad». «Lo novedoso es la situación de que ETA dice que deja indefinidamente las armas. El entorno abertzale quiere presionar al Gobierno para tratar a los presos de ETA de manera distinta y eso sería infringir la ley y el Gobierno no va a infringir la ley», explicó el máximo responsable de la lucha antiterrorista, que insistió en que su departamento solo se plantea la aplicación de medidas penitenciarias con carácter «individual», y nunca colectivo, como pudiera ser un acercamiento masivo o cualquier suerte de amnistía.

Fernández Díaz, que emplazó a la banda a anunciar su definitiva desapaición, recordó que para Instituciones Penitenciarias solo sigue existiendo la denominada 'vía Nanclares': el acceso a beneficios penitenciarios para los terroristas que «pidan perdón de forma individualizada» a sus víctimas, renieguen de su pasado y acepten colaborar con la justicia y afrontar su responsabilidad civil.

Usó el mismo tono de firmeza para negar que el Ejecutivo se plantee siquiera cualquier contacto con ETA. Explicó que el Gobierno sí que tiene intención de hablar con los partidos políticos, pero en modo alguno «negociar con ETA ni darle las gracias a la izquierda abertzale». Según el ministro del Interior, el cese definitivo de la banda se ha debido a su «derrota» y no a una «conversión» de los terroristas en «buenos chicos». «ETA no solo tiene que dejar de matar sino dejar de existir», apuntó.

«Amenaza latente»

Fernández no se refirió en ningún momento al anuncio del lehendakari de que trasladará a Mariano Rajoy la idea de que ya es posible el acercamiento de reclusos, la excarcelación de enfermos y la concesión de terceros grados. Y todo ello sin vulnerar la actual legalidad. Sí contestó a Patxi López el portavoz del grupo parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, quien pidió al jefe del Gobierno vasco que presione a ETA y no al Gobierno, porque la banda terrorista aún no ha desparecido y, por tanto, sigue siendo una «amenaza latente».

«No se puede trasladar la presión sobre el Gobierno sobre la sociedad democrática, la presión sigue estando sobre ETA y sigue estando sobre aquellos que han combatido contra la democracia», lamentó Alonso, quien habló de un debate «envenenado» sobre los presos, cuando ETA «sigue existiendo» y mantiene la coacción de que o hay un «trato de favor a los presos de ETA a lo mejor no hay paz».

En idéntica línea, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, criticó las palabras del lehendakari, a quien acusó de «equivocarse» porque el «problema no son las políticas del Gobierno de España» en materia penitenciaria sino que la banda «no se ha desarmado».

A pesar de las críticas del PP al lehandakari, el Gobierno vasco negó cualquier «fisura» entre socialistas y populares.