Un Caballero para el Real Madrid

El Real Madrid estará en cuartos de final de la Copa del Rey tras superar al Málaga en un encuentro en el que los blancos fueron superiores pero fue el meta Caballero quien terminó por regalarles un triunfo merecido.

Y eso que el Málaga, sin prisa pero sin pausa, intentaba en los minutos iniciales imponer su ritmo, pero con muchas precauciones atrás para evitar el estropicio del encuentro liguero. Liderados por Santi Cazorla, los boquerones se acercaban con peligro a los dominios del arco de Casillas, aunque sin ocasiones claras. Eliseu y Seba Fernández lo intentaban pero sin acierto.

Los andaluces no concretaban su dominio a la vez que los blancos iban ganando terreno. Mourinho daba una nueva oportunidad a Kaká que el brasileño no aprovechaba, como de costumbre. Los blancos tenían el partido donde querían, con el Málaga controlado y el pase en el bolsillo. Incluso Khedira disfrutaba de una buena ocasión antes de marcharse lesionado con un esguince de tobillo.

Su compatriota y amigo Özil le sustituía sobre el terreno de juego minutos antes de que Sergio Ramos desaprovechara la ocasión más clara de la primera mitad con un cabezazo que no encontró portería.

Así se marcharon ambos conjuntos al descanso. El técnico madridista sentaba en el banquillo a Kaká e introducía a Marcelo, adelantando Coentrao su posición. Y el Madrid se hacía dueño y señor del juego, con el Málaga intentándolo al contragolpe pero lanzando el ataque desde muy lejos y sin peligro.

Los minutos pasaban y parecía imposible que el Málaga pudiera poner en aprietos a un Real Madrid que controlaba y además fabricaba ocasiones. Willy Caballero salvaba con un paradón un cabezazo picado de Cristiano Ronaldo, evitando la sentencia. A continuación, Higuaín batía al meta argentino pero el árbitro invalidaba la jugada por posición antirreglamentaria del 'Pipita', que dejaba su puesto a Benzema.

Y sería el francés quien pondría punto y final a la eliminatoria. El ariete disparaba fatal, muy flojito, pero Caballero le hacía un favor con una cantada impropia de un guardameta profesional. El balón se escurría por debajo de sus piernas y el 0-1 subía al marcador. Una pena para el argentino y su equipo, que justo después vería como seguía acercándose sin éxito hacia la portería de Iker Casillas, que no tuvo mucho trabajo pese a ello.