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De los cruceros al blindaje de vehículos de combate y las energías renovables

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Las expectativas de futuro de Navantia pintan negras. Nadie ha vuelto a hablar de reconversión, pero sí resulta evidente que la dirección de la compañía está apostando por la diversificación del negocio. Desde la reparación de cruceros a la construcción de infraestructuras de eólica marina, todo un abanico de productos que busca la supervivencia de los astilleros.

Otro de los segmentos en los que se especializa la constructora naval es en el blindaje de vehículos de combate. Lo lleva a cabo el equipo de FABA, en San Fernando, y ha suscitado el interés de un buen número de países. Esta división de alta ingeniería es el resultado de la increíble transformación que sufrió la antigua Fábrica de Artillería de Bazán. Ahora es un centro de diseño, desarrollo e integración de sistemas de alta tecnología, o lo que es lo mismo, un departamento que pone de manifiesto el potencial español en la fabricación de elementos de combate, control y dirección de tiro naval y terrestre.

En esta división se trabaja a contrarreloj en el proyecto estrella, el SERT. Tras las siglas de Sistemas de Exploración y Reconocimiento Terrestre, se esconde el diseño y comercialización de todo tipo de equipamientos para vehículos militares.

Y dada la situación económica, es importante diversificar el mercado y no tener todas las esperanzas puestas en los encargos de la Armada. De hecho, los cinco nuevos BAM que el Ministerio de Defensa anunció siguen en el aire y no hay apenas cantidades presupuestadas para ello. De hecho, será el nuevo ejecutivo de Mariano Rajoy el que tenga asumir la firma del contrato si, definitivamente, sigue adelante y aún están por elaborar los Presupuestos Generales del Estado en los que aparecería algún reflejo de los mismos.