Miles de personas piden más derechos para los presos etarras
La manifestación recorre Bilbao con la reclamación de que se acometan modificaciones en la política penitenciaria
BILBAO.Actualizado:La izquierda abertzale no buscaba ayer ni salidas de tono ni confrontaciones gratuitas. Quedó meridianamente claro que lo que perseguía era una fotografía contundente de las calles de Bilbao desbordadas de gente en defensa «de los derechos más elementales» de los presos de ETA. Una imagen que le sirva para redoblar la presión sobre el Ejecutivo de Mariano Rajoy e insistir en la necesidad de que se acometan modificaciones en la actual política penitenciaria, teniendo en cuenta el «abrumador» respaldo de la sociedad vasca. Y lo logró. El mundo aglutinado ahora en torno a Amaiur demostró que conserva intacta su capacidad de movilización y que, si se propone organizar una de las marchas más multitudinarias de las convocadas por la izquierda abertzale en su historia, es capaz de conseguirlo.
Y demostró que también puede lograr que esa misma marcha transcurra sin incidentes -a excepción de algunos abucheos a la Ertzaintza cuando se acercó a informar a los organizadores de las condiciones establecidas por la Audiencia Nacional- y sin vulnerar, precisamente, las directrices del auto del juez Grande-Marlaska, que la autorizó a condición de que no se exhibieran fotografías de reos de la banda ni se les tildara de «presos políticos».
La plataforma convocante -'Egin dezagun bidea' (Hagamos el camino)- se abstuvo de hacerlo, aunque los políticos asistentes no tuvieron empacho en utilizar esa expresión en su valoración previa de la convocatoria. También se encargaron de dejar claro el verdadero objetivo del acto: que el Gobierno del PP «tome nota» de la imagen que ofrecieron ayer algunas de las arterias más céntricas de Bilbao y reaccione no ya con amnistías o indultos colectivos sino limitándose a «cumplir la ley». Eso pasa, según los manifestantes, por poner fin a la actual política de dispersión, derogar la llamada 'doctrina Parot' y dejar en libertad a los presos gravemente enfermos, a los que han cumplido tres cuartas partes de la pena y a los preventivos en espera de juicio. Una respuesta implícita al consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, que había pedido a la izquierda abertzale que centrase sus reivindicaciones en demandas «realistas y viables» y en ningún caso en salidas colectivas para el grueso de los reclusos de la banda. «Nuestras reivindicaciones son tan claras y posibles que hasta sus propias bases las comparten», replicaron los convocantes al Ejecutivo de Patxi López.
Calles atestadas
Aunque no se facilitaron cifras oficiales del número de asistentes, lo cierto es que el recorrido previsto estaba atestado de manifestantes cuando la cabecera de la marcha aún no había salido del punto de inicio, la plaza de La Casilla. Desde las inmediaciones del pabellón, la calle Autonomía, hasta Zabalburu, se veía claramente llena de gente.
Los voluntarios encargados de la seguridad de la marcha -montaron su propio dispositivo, al margen del despliegue de furgones y helicóptero de la Ertzaintza y del operativo de la Policía municipal-, todos ellos con peto azul con el mapa que simboliza el acercamiento de presos, pedían a los asistentes que se subieran a la acera y dejaran espacio para que la manifestación pudiera continuar. Como dato, los organizadores recordaron que, solo desde fuera de Bilbao, llegaron más de 16.000 personas en 300 autobuses fletados por los convocantes.