ESPAÑA

Chacón quiere evitar que el PSOE caiga en el «inmovilismo»

Afirma que se presenta para «ganar a Rubalcaba» y se pregunta «dónde está Rajoy después de tanto engaño»

ALMERÍA. Actualizado: Guardar
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Carme Chacón, enfundada en una chaqueta roja y con una rosa en la mano, reclamó ayer a los socialistas que no teman el cambio de liderazgo y al «un nuevo tiempo» y dijo que se presenta para «ganar en febrero a Alfredo Pérez Rubalcaba la secretaria general y evitar que el PSOE caiga en «el inmovilismo». La exministra de Defensa, en un discurso muy aplaudido por los 700 militantes que llenaban el recinto, resaltó la juventud y el futuro de su apuesta, ensalzó su perfil socialdemócrata, prometió coherencia política, más participación e «inconformismo» y dijo ser la persona adecuada para «recargar» al PSOE. «Necesitamos levantarnos y caminar ya. Lo necesitamos nosotros, y también lo necesita España», aseguró en lo que bautizó como el «espíritu de Olula», el pequeño pueblo almeriense en el que nació su padre y donde ayer inició el asalto al liderazgo socialista al que renunció hace ocho meses «solo por no dañar al partido».

Chacón, conocida en Olula como 'Carmeta, la hija de Baltasar', agradeció a los que vinieron a respaldarla sus hasta 14 horas de viaje y dijo que quiere recuperar «el orgullo de ser socialista», porque los militantes son la «médula y el nervio» del PSOE. Cree que el 38 Congreso Federal debe servir para hacer autocrítica y reconocer los fallos que les llevaron a una derrota electoral «histórica», pero también para dejar de flagelarse y poner en pie «la alternativa» al PP, que en 15 días «ha dejado al descubierto su engaño» y dado «un hachazo a los trabajadores».

No escatimó reproches al PP, a quien acusó de actuar como «un parásito» ante la crisis y de no echar una mano ni al Gobierno socialista ni al país. Dijo no tener noticias del Ejecutivo «competente» y con «soluciones prodigiosas» que prometieron en campaña, que cree que lo único que ha hecho es cargar todo el peso de los recortes sobre los más débiles. «No son solventes, ni sinceros, ni valientes», abundó antes de preguntarse «dónde está Rajoy después de tanto engaño».

Desde primera fila, asintieron el expresidente del Congreso Manuel Marín, los exministros Leire Pajín y Francisco Caamaño, el concejal madrileño Pedro Zerolo, la consejera de Presidencia de la Junta andaluza, Mar Moreno, o el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda, alguno de sus apoyos.

Chacón se presentó como «una rebelde, testaruda e inconformista», firme en la defensa de los pilares del Estado del bienestar y de un modelo productivo que permita redistribuir la riqueza y la solidaridad.

Apostó por volcarse en la sociedad y «abrir las puertas del partido» -incluido al 15-M-, al tiempo que defendió la limitación de los mandatos y las primarias abiertas para los aspirantes a presidente y grandes alcaldías. Propuso una dirección colegiada y la creación de un registro público de bienes de cargos orgánicos. Pero sobre todo pidió la coherencia que ha echado en falta. «Hay que decir lo mismo en todas partes. Y si decimos primarias hacemos primarias; y si decimos izquierda hacemos izquierda», añadió, para matizar que, eso sí, «en cada sitio con su acento, porque seguimos siendo el partido que más se parece a España».

Andaluza y catalana

De hecho, Chacón trató de acallar a quien dice que un miembro del PSC no puede liderar el PSOE. Apeló con orgullo a sus raíces castellanas, aragonesas, andaluzas y catalanas y dijo que con esos antecedentes sabe que nadie es mejor ni peor por nacer en uno u otro lugar y que desconfía de las fronteras. «Mi origen tiene que ver con mi causa, el socialismo, que tampoco tiene fronteras», apostilló.

Reiteró las alusiones y alabanzas a Andalucía y a su presidente, José Antonio Griñán, no en balde es la región que aporta la cuarta parte de los delegados que elegirán al nuevo líder y el único gobierno, junto con el País Vasco, que le queda a los socialistas. «Andalucía es mucho más que un granero de votos», dijo, es «el mejor ejemplo de la fuerza transformadora de la democracia». Cree que ganar las andaluzas de marzo es aún más importante que quien lidere el partido. Lo ve como el primer paso para recuperar el Gobierno.

No escatimó agradecimientos a su mentor, José Luis Rodríguez Zapatero, por su defensa de los derechos civiles y de la mujer, y a Felipe González, con cuya política de becas pudo salir fuera de España a formarse. Incluso tuvo palabras amables para su rival, Rubalcaba, a quien definió como «el mejor ministro de Interior que ha tenido la democracia» y al que defendió de los ataques por el 'caso Faisán'.