Chapa y pintura para el Adriano III
El armador del Vapor espera ahora el visto bueno de Capitanía para que puedan comenzar el trabajo en la arboladura del barco Los carpinteros del varadero de la Bajamar ultiman la reparación del casco
Actualizado:El Adriano III sigue en la enfermería. Aunque su proceso de recuperación avanza a buen ritmo, aún presenta un aspecto convaleciente y destartalado, lejos de la pintoresca alegría con que surcaba las aguas de la Bahía. Pero este papel de enlace con la capital y de icono turístico y sentimental para los portuenses está cada día más cerca de volver a representarse y si las labores de reparación no sufren ningún contratiempo se cumplirán las previsiones del armador, Manuel Ramos, para que el Vaporcito vuelva a navegar en marzo.
De hecho, según las fuentes consultadas, los trabajos en el casco están prácticamente finalizados, a la espera de obtener el visto bueno de los inspectores de Capitanía Marítima, quienes tendrán que certificar su flotabilidad, navegabilidad y otros aspectos técnicos necesarios para cumplir la legalidad y sin los que no es aconsejable continuar con los trabajos. El flanco de proa donde se produjo la rotura que hundió el Vapor en el muelle de Cádiz está completamente reparado y los carpinteros de ribera del varadero de la Bajamar han sacado todo el lastre que compensa y equilibra el peso del barco.
Sustituir el lastre
Las grandes piedras, que serán sustituidas por un nuevo material, más moderno, están de momento amontonadas junto al Vapor, lo que ha dejado a la vista las cuadernas, que son como las costillas sobre las que arranca la estructura de maderas que conforma el casco. De este modo los expertos pueden comprobar de un modo más minucioso cuál es el estado interno del Adriano III. Y por otro lado, al estar al aire, se favorece el proceso de secado de los materiales, y por ende, su reparación se agiliza. Los carpinteros han colocado una nueva quilla, algo habitual en las revisiones periódicas a las que se sometía el Vapor.
En cuanto a los tablones de madera del casco, se encuentran a medias. Éstos han sido quemados para comprobar el estado de las costuras, los fallos, las pequeñas roturas o desperfectos. La zona de proa, que ha sido sometida al mismo proceso, ya ha recibido la aplicación de imprimación previa a la pintura, para que ésta se adhiera mejor. Por lo demás, el Adriano III presenta un aspecto descabezado. Y es que hasta que no concluyan los trabajos en la parte baja no comenzarán en la arboladura. Buena parte de la misma quedó completamente destrozada cuando el Adriano III fue reflotado en el muelle gaditano. Con respecto al motor, la otra pata del proceso, fue llevado al taller portuense donde siempre ha sido revisado.
El Vaporcito regresó a El Puerto a finales de noviembre, tras pasar dos meses alojado en el astillero de Navantia. La iniciativa de Manuel Ramos por asumir la dirección de Motonaves Adriano hizo posible que se despejaran las dudas en torno al emblema turístico de El Puerto, cuyo futuro era bastante dudoso por la ausencia de interés de los anteriores armadores y de las administraciones políticas. Si bien el anterior Ministerio de Medio Ambiente y de Medio Rural y Marino anunció una importante inversión, esto se quedó en aguas de borrajas cuando el armador Antonio Somorrostro reiteró que entre sus planes no figuraba recuperar la actividad del barco.
Un futuro prometedor
De hecho, el Ayuntamiento portuense se quedó prácticamente solo en su intención porque la mítica embarcación no se quedara varada en una rotonda de la ciudad, sino que su mejor homenaje fuera la continuidad de su actividad que ha permanecido prácticamente ininterrumpida desde que a finales de los años veinte del siglo pasado se fundara Motonaves Adriano.
El nuevo armador expresó su deseo porque las pruebas de flotabilidad se realicen el 28 de febrero, Día de Andalucía, y que el Vapor realice su primera travesía el 18 de marzo, día que se cumplen los doscientos años de la promulgación de la Constitución de 1.812. Este arranque del Adriano III no es más que la punta de lanza de una nueva etapa para la que Manuel Ramos ya auguró una mayor explotación económica. Pero no solo en lo referente al turismo, sino también a nivel comercial como embarcación de alquiler para todo tipo de celebraciones, bodas, bautizos, comuniones, reuniones y viajes de empresas, etc.