La presidenta argentina inicia su recuperación

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, «ha descansado normalmente, ha comenzado a alimentarse, a caminar, y se encuentra de muy buen ánimo», subrayó ayer el segundo parte médico difundido por su portavoz, Alfredo Scoccimarro, tras la intervención quirúrgica a la que fue sometida la mandataria el miércoles para extirparle un cáncer de tiroides.

El tumor le fue detectado el 22 de diciembre, sin ganglios afectados ni metástasis, según se informó pocos días después. Tras la operación, la presidenta no deberá hacer quimioterapia pero sí un tratamiento con yodo y una terapia de sustitución de las hormonas que producía la glándula extirpada.

«Los controles clínicos y análisis de laboratorio se encuentran dentro de los parámetros normales», agregaba el informe firmado por los médicos que la tratan en el Hospital Austral de Pilar, una localidad de la provincia de Buenos Aires. «La presidenta se encuentra cumpliendo el primer día del posoperatorio sin complicaciones», aseguraba el parte.

Fernández ingresó en el hospital en compañía de sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner; su madre, Ofelia Wilheim, y su hermana Giselle, que es médica. El sanatorio les reservó las habitaciones contiguas para que la familia esté en contacto permanente con ella, en tanto ningún funcionario tuvo acceso al recinto donde se recupera.

Si todo sigue evolucionando como hasta ahora, la mandataria podría dejar la clínica el sábado para seguir el reposo y tratamiento en su residencia. Fernández está de baja médica desde el 4 de enero hasta el próximo día 24 y ha sido sustituida temporalmente por el vicepresidente Amado Boudou.