Manifestantes muestran fotos de jóvenes muertos durante la revolución que derrocó a Mubarak. :: AFP
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La Fiscalía egipcia pide la horca para Mubarak

Considera «imposible» que la represión de las protestas de febrero, que provocó más de 800 muertos, se hiciera sin permiso del dictador

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Resulta «increíble», dijo ayer el fiscal, que Hosni Mubarak, el entonces presidente, no estuviera al tanto de las protestas que sacudieron Egipto y que acabaron en febrero del año pasado con sus tres décadas de dictadura. O que tampoco conociera la violenta respuesta policial a las manifestaciones que supuso la muerte de más de 800 personas. Mubarak no solo lo conocía, sino que fue su instigador, según la Fiscalía egipcia, que pidió ayer la pena de muerte en la horca para el exmandatario, así como para el que fue su ministro de Interior, Habib el-Adli, y seis colaboradores.

«¡Muerte, muerte! ¡Dios es el más grande!», gritaron ayer algunos de los abogados de la acusación particular, según la agencia de noticias Reuters, cuando uno de los fiscales, Mustafa Jater, pedía la pena capital en el juicio que se está celebrando a las afueras de El Cairo. El proceso, que comenzó el 4 de agosto, se ha reanudado esta semana tras dos meses de parón.

La Fiscalía considera que es imposible que el Ministerio de Interior hubiera dado la orden de disparar contra los manifestantes sin contar con el consentimiento del presidente. «Es responsable de lo que ocurrió y debe cargar con la responsabilidad legal y política. No es racional ni lógico pensar que no sabía que se estaba disparando a los manifestantes», señaló el fiscal jefe, Mustafa Suleiman.

La complejidad y la magnitud del juicio, en el que se procesa al exmandatario, a sus hijos Gamal y Alaa, al exministro El-Adli y a seis colaboradores por múltiples delitos -entre ellos, asesinato y corrupción-, y la negativa de los ministerios públicos a colaborar con la investigación de la Fiscalía han sembrado entre muchos egipcios la impresión de que los actuales gobernantes buscan un castigo descafeinado para el 'rais'. Y que el juicio no pretende tanto encontrar y sancionar a los culpables de la matanza como calmar los ánimos de la calle.

Descontento en el Ejército

Los alegatos de la Fiscalía han dado nuevos bríos al proceso, y la semana que viene declararán las familias de las víctimas, que seguramente reavivarán la atención pública al juicio.

Los dos vástagos de Mubarak están, en principio, acusados de corrupción, y el fiscal considera probado que se aprovecharon de su situación para obtener beneficios económicos y también políticos.

El menor, Gamal, tuvo una carrera meteórica dentro del Partido Nacional Democrático y durante años se asumió que sería el sucesor de su padre en la presidencia. Esta decisión no gustó entre algunos sectores del Ejército, que no apoyaban a un potencial jefe del Estado sin carrera castrense que pudiera apartar en algún momento a los militares de sus nichos de poder.

Si esta oposición tuvo algo que ver en que los militares, finalmente, dejaran caer al dictador, solo lo podrá desvelar la Historia.

El fiscal pide la pena de muerte por su implicación en la muerte de manifestantes en enero y febrero de 2011. Es juzgado también por corrupción.

Acusado de corrupción y de aprovecharse del poder de su padre.

Lo juzgan por los mismos cargos que a su hermano.