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ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Carlos Morano nació por cesárea a las 2.40 horas del 1 de enero, primer hijo de Cristina y Roberto Carlos, una pareja de San Fernando. «Mi hijo es muy guapo y dormilón»; describe la madre, y la foto da testimonio de ello. :: VÍCTOR LÓPEZ El primer bebé riojano de 2012 se hizo esperar hasta las 14.00 horas del día de Año Nuevo, cuando nació Aitziber García Uruñuela. Pesó 3,2 kilos y es la segunda hija de un matrimonio residente en Logroño. :: SONIA TERCERO María José se tomó las uvas en casa de sus suegros, fue al hospital y para las 2.09 horas ya había alumbrado a María Aracely, primera extremeña del año, en un parto rapidísimo y sin complicaciones. Es la primera hija de esta auxiliar administrativa y Javier, abogado: . :: J.V. ARNELAS La pequeña Paule nació a las 0.25 horas en Mondragón, hija de Óscar Sánchez y Eneritz Eguren, que llevaba ingresada desde el viernes. La niña pesó 3,3 kilos y, además de convertirse en la primera guipuzcoana nacida en 2012, fue también el primer bebé del año en todo el País Vasco. :: JOXEBI Adrián, de cuatro kilos, vino al mundo poco después de la una de la madrugada en Langreo. Su madre, María Flor, es auxiliar de enfermería, y su padre, Luis Joaquín González, oficial de primera, pero ambos están en paro. :: J.M. PARDO La pequeña nació con 3,3 kilos en el hospital de Los Arcos, en San Javier, hija de una pareja de marroquíes afincados en el Mar Menor. En la foto aparece en brazos de su madre, Taiby Wardia, y atendida por su tía. :: ALFONSO DURÁN Antonio, primer niño de la Comunidad Valenciana, nació con algo más de tres kilos cuando solo llevábamos dos minutos de 2012. Sus padres, Francisco Bartual y Paqui Engame, ya tienen otro hijo, Paco. :: J.J. MONZÓ «Me habría gustado más que hubiese nacido el 31 de diciembre, por esto de no llevar un curso de retraso», admite el padre del primer malagueño (y andaluz) del año. Martín es el segundo hijo de Miguel Guirado y Yolanda Ruiz. :: DANIEL PÉREZ/EFE Ana María vino al mundo a las 0.40 horas en el hospital Virgen de las Nieves. Nació por cesárea, y la familia tuvo que esperar a la tarde de Año Nuevo para reunirse. :: FERMÍN RODRÍGUEZ Gorka es de Barakaldo, y Mari Carmen, de Santiago de Compostela, pero viven en Setién. El viernes, escucharon las campanadas en el coche, de camino a la clínica donde vino al mundo Joel, su segundo hijo. :: CELEDONIO «Ni uvas ni nada. Aquí estábamos, esperando», explica Raquel Dual. Su primer hijo, Antonio, nació a las dos y cinco en el hospital Río Hortega. «Confiamos en el Señor, Dios proveerá», dice el padre, Antonio Lozano. :: NACHO GALLEGO Su primer nombre, Ibai, significa 'río' en euskera, y el segundo todavía ha de decidirlo la abuela. Sus padres tienen otros dos hijos que siguen en Fujián, China. «Ha salido grande y en perfecto estado de salud», se congratula la madre, Mei Hong. :: IGNACIO PÉREZ
Sociedad

Ellos ya han hecho algo importante este año: ¡nacer!

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Todas las nocheviejas acaban pareciéndose, y su recuerdo se confunde en una especie de pulpa festiva en la que resulta imposible distinguir un año del otro: al final, somos igual de rutinarios en la celebración que en el trabajo, fieles a ese guión heredado que pasa por la gran zampada y las uvas atascadas en el gaznate. Pero, para estas personas que aparecen en las fotos de arriba, la última jornada de 2011 y la primera de este 2012 sí han sido realmente especiales, únicas, repletas de emociones genuinas que no se pueden comparar con las tonterías de otros años. Los adultos han sido padres: les tocó interrumpir de forma abrupta la eterna repetición navideña y escuchar las campanadas en un coche que aceleraba hacia el hospital, o en una sala de dilatación, o incluso dentro del paritorio, como un eco incongruente de otro mundo. Los otros seres humanos de las imágenes, los de tamaño más pequeño y carita a medio hacer, también dedicaron aquellos momentos a una tarea muy seria, complicada, en la que debían improvisar y arriesgarse con lo desconocido. Ellos tenían que nacer, que no es ninguna broma, y se han convertido en los primeros bebés de este año.

En esta carrera informal y un poco absurda que se celebra todos los 31 de diciembre en clínicas y hospitales de España, como una sansilvestrada para neonatos, se impusieron dos niñas, una en Mollet del Vallès (Barcelona) y la otra en Ceuta. Ambas llegaron cuando todo el país estaba ocupado en tragar uvas, pero el primer puesto correspondió a la pequeña catalana, Diana, hija de una pareja de ecuatorianos: nació con la segunda campanada, de parto natural y con 3,2 kilos. Ese cronometraje tan preciso de su venida al mundo ha suscitado cierta polémica, porque muchos creían -creíamos, para qué disimular- que el año comienza oficialmente con la campanada número doce, cuando todos nos volvemos locos y empezamos a gritar «feliz año nuevo», dar besos a la abuela, derramar cava por el salón o aterrorizar a los vecinos con petardos que parecen misiles de crucero. Pero los especialistas de Casa Losada, encargados del mantenimiento del reloj de la Puerta del Sol, lo han explicado muchas veces: la bola desciende a 28 segundos de la medianoche, los cuartos empiezan cuando faltan 20 y, a las doce en punto, suena la primera de las campanadas, que se producen a intervalos de tres segundos. En la segunda, por lo tanto, son ya las cero horas, cero minutos y tres segundos del 1 de enero.

Solo unos segundos más tarde nació Fátima Sora, la pequeña ceutí, de 3,1 kilos. «Nos tuvimos que tomar las uvas una hora después, con Canarias», ha explicado la madre, Suad Abselam. Tanto ella como Abdeselam Haidor, el padre, están en paro, así que aprovecharon el interés de los medios locales para manifestar su deseo de que «España se enderece un poco». En este país con cinco millones de parados, el desempleo se ha convertido en un rasgo bastante habitual entre los 'primeros padres' del año: en Asturias, los papás de Adrián, nacido en Langreo poco después de la una de la madrugada, se encuentran también sin trabajo. María Flor Martín es auxiliar de enfermería y Luis Joaquín González, oficial de primera en la construcción, y seguro que agradecen el cheque-bebé que ha puesto en marcha el Gobierno regional. En Pontevedra, Alberto José Gallego debutó casi a la vez en la condición de padre y en la de desempleado: «Estreno paro e hija», resumió en cuatro palabras este operario de la construcción, que se quedó sin trabajo con el final del año y sostuvo por fin en brazos a su hija, Aldhara, a la una de la madrugada del día 1. Raquel Dual y Antonio Lozano, padres del primer bebé vallisoletano, se las arreglan con una pensión de 350 euros que cobra él por sus problemas nerviosos y con las ayudas que les pasan los abuelos maternos, con puesto en el mercadillo. «Pero el mercadillo -apunta Teresa- también ha bajado mucho».

Al menos, en algunas provincias los recién nacidos sí llegan con pan. No lo traen debajo del brazo, porque complicaría enormemente el parto, pero sí solucionan a su familia el abastecimiento durante todo un año: sucede en Álava, donde la primera niña, Izaro, y el primer niño, Nicolás, han sido los beneficiarios de la generosidad de la Asociación de Panaderías, aunque ellos todavía tardarán unos meses en degustar personalmente las miguitas del producto. Una iniciativa similar mantiene el Gremi de Forners de les Terres de Lleida, que este año ha rebautizado su programa como 'nacido con un pan y una coca de recapte debajo del brazo', ya que aparte de las barras de cada día les van a suministrar esta especie de pizza típica de la zona. También regalarán a la familia, en los momentos correspondientes, roscón de Reyes, mona de Pascua y una tarta de primer cumpleaños: los padres de Mekhamedamin, nacido en el Valle de Arán, podrán convertirse en auténticos expertos en repostería tradicional catalana.

«Invasión por el útero»

En los últimos años, la foto de familia de los bebés nacidos al empezar el año solía presentar una España multicultural y multirracial, tal como la describen las estadísticas: el 24% de los niños que vienen al mundo en nuestro país tiene uno o los dos progenitores extranjeros, una proporción que se eleva al 28% en La Rioja y Cataluña y hasta el 33% en Baleares. Los primeros de 2012 no se ajustan a estos porcentajes, que resultan de la acumulación de partos durante todo el año, y presentan en cambio cierta 'escasez' de parejas de fuera: la primera murciana es Aya Adil, hija de marroquíes afincados en el Mar Menor; el primer castellonense, Alexandro, es de familia moldava, y el primer alicantino, Yeray, tiene madre portuguesa y padre de Dénia. En Euskadi se dio la coincidencia de que dos niños chinos tuvieron gran protagonismo: Ibai Lin fue quien se llevó los 'flashazos' en Vizcaya, ya que el único bebé que había nacido antes que él fue trasladado a la incubadora y la familia prefirió preservar su identidad, mientras que Jia Hao fue el primer nacido en la capital guipuzcoana, San Sebastián.

La gran excepción es Cataluña, donde, al igual que el año anterior, tres de los cuatro protagonistas son de familia extranjera: a la barcelonesa Diana, hija de ecuatorianos, y el leridano Mekhamedamin, de padres marroquíes, hay que sumarles el gerundense-gambiano Alí. Esta circunstancia ha permitido mantener otra tradición de estas fechas: la salutación xenófoba de Josep Anglada, líder de Plataforma per Catalunya, que solo ha felicitado a los padres del primer bebé de Tarragona, «niño autóctono», y ha llamado a «frenar la invasión por el útero que estamos sufriendo». Seamos piadosos y pensemos que a lo mejor no se le han pasado todavía los peores efectos de la Nochevieja.