Corea del Sur tiende la mano al Norte pero responderá a sus ataques
El presidente Lee Myung-Bak ve «un punto de inflexión con oportunidades de cambio» tras la muerte de Kim Jong-Il
Actualizado:Guerra dialéctica entre las dos Coreas tras el fallecimiento del dictador Kim Jong-Il. En su discurso de Año Nuevo, el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, señaló que la situación se halla en «un punto de inflexión con nuevas oportunidades para el cambio», pero dejó claro que responderá «con dureza a cualquier agresión» por parte del régimen estalinista de Pyongyang. «Dejamos abierta una ventana de oportunidad y podremos abrir la puerta para una nueva era si el Norte se muestra sincero», declaró el conservador Lee, que ha adoptado una postura mucho más dura que sus antecesores, consciente de los potenciales efectos negativos que una etapa de serias turbulencias políticas en la región podría ocasionar en la economía de su país.
El presidente surcoreano expresó también su esperanza de que este año marque «un punto de inflexión» a la hora de resolver el contencioso nuclear de Corea del Norte con la reanudación de las conversaciones a seis bandas, proceso orientado a frenar las ambiciones atómicas y estancado desde 2008. Las partes implicadas en este diálogo -las dos Coreas, EE UU, China, Rusia y Japón- llevaron a cabo en 2011 diversos encuentros para retomar el proceso, sin acuerdos concretos.
Los méritos del caudillo
Desde que Lee ganó las elecciones a finales de 2007, las relaciones entre las dos Coreas se han deteriorado hasta tal punto de que el Norte mató a cuatro personas al bombardear la isla de Yeongpyeong en noviembre de 2010. En marzo de ese mismo año, Seúl acusó a Pyongyang del hundimiento de la corbeta 'Cheonan', en el que perecieron 46 marineros. Dos enfrentamientos que algunos expertos atribuyen al nuevo caudillo de Corea del Norte, el joven Kim Jong-Un, en su carrera por hacer méritos ante la cúpula militar.
Con su habitual tono belicoso, la propaganda ya lo ha nombrado Líder Supremo del país y ha anunciado que no habrá cambios en la política de primacía militar ('songun') marcada por su padre. Además de mostrarlo pasando revista a una división de tanques, los medios oficiales han conminado a todos los norcoreanos a convertirse en «escudos y rifles humanos» para defender al Gran Sucesor.