Las dos Coreas relajan las tensiones
Kim Jong-Un recibe en Pyongyang a una delegación enviada por Seúl para expresar sus condolencias por la muerte de Kim Jong-Il'
Actualizado:Gran Sucesor', 'Joven General', 'Líder Supremo', 'Sol del Siglo XXI'. Al ritmo que marcan las canciones patrióticas de la propaganda, el régimen estalinista de Corea del Norte sigue mitificando a Kim Jong-Un para afianzar su poder como sucesor de su difunto padre, Kim Jong-Il, fallecido la semana pasada a los 69 años de un infarto. Mientras continúa el interminable duelo antes de las exequias previstas para mañana, el heredero del 'Querido Líder' recibe cada día un nuevo título. Después de que los medios oficiales se refirieran a él como el «comandante supremo» del Ejército norcoreano, ayer el periódico 'Rodong Sinmun' le otorgaba el liderazgo del Partido de los Trabajadores, un puesto que le asegura el control político del régimen.
«Convirtámonos en revolucionarios eternos para proteger al Comité Central dirigido por el camarada Kim Jong-Un, el sol del siglo XXI», decía el órgano portavoz del Partido, repitiendo la luminosa hipérbole que antes utilizara para alabar a su progenitor. Durante 17 años, Kim Jong-Il pilotó con puño de hierro este hermético y aislado país mediante el control del aparato político, el Ejército y la Comisión Nacional de Defensa, donde su hijo ocupa la vicepresidencia desde que fuera ascendido a general de cuatro estrellas el año pasado.
Una vez que el 'Gran Sucesor' cope los máximos puestos, se convertirá en el nuevo caudillo de Corea del Norte, cuyo jefe de Estado sigue siendo su abuelo, el fundador de la patria y 'Presidente Eterno' Kim Il-Sung. A su momia, embalsamada en el mausoleo de Kumsusam, se unirá la de su difunto hijo, Kim Jong-Il. Con el fin de facilitar la transición de poder, el cuñado del 'Querido Líder' y tío del heredero, Jang Song-Thaek, actuará como una especie de regente en la sombra del joven e inexperto Kim Jong-Un, quien podría tener solo 27 años pero al que la propaganda ha 'envejecido' para que cumpla los 30 a inicios de enero.
Hasta entonces, el país permanecerá, literalmente, cerrado por defunción (de Kim Jong-Il). Tal y como había anunciado, el régimen no permitirá la entrada de delegaciones ni periodistas extranjeros para asistir al funeral. Tan solo ha autorizado el viaje privado de Lee Hee-Ho, viuda del expresidente surcoreano Kim Dae-Jung, y de la presidenta del grupo empresarial Hyundai, Hyun Jeong-Eun, para expresar sus condolencias, pero no podrán acudir a las exequias. En medio de una gran expectación mediática, ambas mujeres llegaron ayer a Pyongyang, donde se entrevistaron con el joven Kim Jong-Un en el Palacio Memorial de Kumsusan
«Espero que mi visita sirva para mejorar las relaciones entre el Norte y el Sur», confió la exprimera dama, de 90 años, poco antes de partir de Seúl. Su marido, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, impulsó la política de apaciguamiento y se reunió con el 'Querido Líder' en la primera cumbre intercoreana celebrada en 2000. Gracias a este acercamiento, Hyundai abrió en la ciudad fronteriza de Kaesong un polígono industrial con 40.000 trabajadores norcoreanos y un complejo de vacaciones en el monte Kumgang, que fue cerrado tras la muerte a tiros de una turista en julio de 2008.
Castigos por honrar la muerte
Además de Lee Hee-Ho y Hyun Jeong-Eun, pudo viajar a Pyogyang un activista surcoreano residente en Francia, de nombre Hwang Hye-Ro, que el sábado cruzó sin permiso la frontera norcoreana desde China a pesar de la prohibición de Seúl, que abrió una causa penal contra el opositor y, en caso de regresar, sería condenado a prisión por violar la la Ley de Seguridad Nacional. Asimismo, la Policía surcoreana anunció severos castigos contra quienes intenten instalar altares para honrar la muerte del fallecido dictador. El anuncio tuvo lugar después de que varias personas trataran de rendirle tributo con ofrendas de incienso en diversas áreas de la capital.
Mientras las relaciones entre las dos Coreas siguen congeladas desde que, a finales de 2007, el conservador Lee Myung-Bak llegó al poder a la Casa Azul de Seúl, el primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, aprovechó ayer su visita a Pekín para pedir la mediación china con sus aliados de Pyongyang. «La muerte de Kim Jong-Il no debe afectar a la paz y la estabilidad», advirtió Noda, quien coincidió con el primer ministro del gigante asiático, Wen Jiabao, en la necesidad de retomar las estancadas negociaciones a seis bandas sobre el desarme nuclear de Corea del Norte.