DOS VENTAJAS
Actualizado:El nuevo ministro de Economía empieza su mandato con la peor noticia posible. Según aseguró ayer en la toma de posesión de sus ayudantes, la economía española ha iniciado la senda que le conduce inexorablemente a la recesión. En efecto, el crecimiento de este último trimestre del año será negativo -nadie lo dudaba-, y el primero del que viene también -todos lo temíamos-. Con ello se destrozan las últimas profecías del Gobierno anterior, pero mejor no volvemos sobre ello, pues las críticas 'post morten' no sirven de nada. Mirando hacia delante, el anuncio tiene dos ventajas indudables. Una para él, pues la vuelta a la recesión proporciona el marco adecuado para digerir el tratamiento que nos propondrá el Gobierno el próximo viernes a la salida del Consejo de Ministros. La otra para nosotros, pues empezando así, solo podemos mejorar en el futuro. Vamos, digo yo. Aunque los brotes verdes no hayan logrado germinar y el túnel esté a oscuras sin luz ninguna al fondo, cada día está más cerca el final de nuestras angustias.
Ni Rajoy ni De Guindos nos han dado detalles de su menú, pero creo que es muy fácil de adivinar. Los ingredientes son: un manojo de recortes a mansalva para encorsetar al déficit en los parámetros 'euroexigibles'. Eso de primero. De segundo, una desregulación general para fomentar el crecimiento, aderezado con medidas laborales audaces y novedades en diversos sectores como la distribución y la energía. Y, por fin, de postre una segunda cocción del mapa financiero para que encuentre el sosiego definitivo y pueda liberar fondos al sistema. Como Rajoy alardea de su carácter 'previsible', pues esa es la previsión. Y no puede ser otra.