
Siria da un paso más hacia la guerra civil
La explosión de dos vehículos causa la muerte de al menos cuarenta civiles y deja más de cien heridos
Actualizado: GuardarDamasco recibió a los primeros observadores de la Liga Árabe con un doble atentado suicida que acabó con la vida de al menos cuarenta personas y causó más de cien heridos, según estimaciones del Ministerio de Exteriores sirio. La primera tarea de la misión en la capital consistió en visitar la zona de Kfar Suseh donde dos vehículos explotaron por la mañana en las proximidades de la sede de la Dirección de Seguridad del Estado, el principal órgano de inteligencia del país, y junto a otro edificio de los servicios de seguridad. La agencia oficial Sana informó de que los autores del ataque fueron dos suicidas y el 'número dos' de Exteriores, Faisal Meqdad, no dudó en señalar que «este es el regalo que tenemos de los terroristas de Al-Qaida».
Apenas pasados unos minutos del doble atentado, los medios oficiales y Meqdab tenían clara la autoría. No hizo falta investigación de ningún tipo. Al responsable diplomático sirio le acompañaba el representante de la delegación del organismo panárabe, Samir Seif al-Yazal, que declaró «hemos venido para ver los hechos sobre el terreno, lo que estamos presenciando es lamentable y lo más importante es que vuelva la tranquilidad». La cadena de televisión estatal ofreció imágenes durísimas de cuerpos carbonizados y mutilados por la metralla, hospitales repletos de heridos e imágenes de los cráteres dejados por las explosiones. Reuters informó de que a su cámara no le permitieron trabajar en el lugar de los hechos.
Los opositores, sin embargo, rechazaron la autoría de Al-Qaida -a juicio de los medios oficiales sirios se trataría de un comando llegado desde Líbano- y apuntaron al propio régimen como responsable de esta acción que buscaría monopolizar la atención del grupo de observadores, a quienes pidieron una investigación profunda de lo ocurrido. Este tipo de acciones no son habituales en Siria, donde el último atentado semejante se produjo en septiembre de 2008 cuando otro coche bomba explotó en la carretera del aeropuerto y causó 17 muertos cerca de un puesto de Policía.
Opositores «terroristas»
El grupo radical suní, Fatah al-Islam, confesó la autoría de los hechos ante la televisión y dijo haber recibido dinero de la coalición antisiria libanesa. Al-Qaida ha jugado un papel fundamental en el vecino Irak -donde muchos militantes llegaban desde el otro lado de la frontera y donde el jueves más de sesenta personas murieron tras una decena de explosiones coordinadas en Bagdad-, pero nunca se había dejado notar en Siria.
Damasco es una ciudad blindada desde que se iniciaron en marzo las protestas contra el régimen. El-Asad trata a los opositores de «terroristas» y les acusa de asesinar a 2.000 miembros de las fuerzas de seguridad en los últimos nueve meses. Su última medida política ha consistido en emitir un decreto por el que se endurecen las penas por tráfico de armas y que en el caso de las personas que lo hagan con «fines terroristas» conllevará la condena a muerte, según detalló a comienzos de semana la agencia estatal Sana.
La oposición rechaza cualquier vínculo con el grupo Fatah al-Islam y desde el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, aseguraron que a lo largo de la jornada de ayer la represión del régimen causó otras doce muertes en lugares como Homs, auténtica ciudad mártir de la revolución, Deraa y Deir al-Zor. El organismo difundió además imágenes en las que se veían 49 cuerpos sin vida, supuestamente víctimas de los asaltos que el Ejército ha llevado a cabo esta semana contra Jabal al-Zawiya, cerca de la frontera con Turquía, donde denuncian la muerte de más de doscientas personas.