Interior avisa a ETA de que la lucha antiterrorista seguirá intacta hasta su disolución

El nuevo titular de Interior utilizó su comparecencia nada más tomar posesión del cargo para dejar claro a ETA qué es lo que puede esperar, y sobre todo lo que no, del Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy. Jorge Fernández Díaz, en un discurso que sonó a la extensión del portazo que su jefe dio en el Congreso el martes a la oferta de conversaciones lanzada por Amaiur, avisó a la organización de que «todos los instrumentos de la lucha antiterrorista van a seguir activos hasta que ETA deje de existir» porque para Interior nada habrá cambiado hasta que anuncie su disolución y las fuerzas de seguridad puedan verificar que se trata de un hecho cierto. «Ese día será un gran día y solo ese día, seguramente, esas unidades antiterroristas podrán ser desactivadas», aclaró.

El ministro, en un claro guiño al trabajo desarrollado por sus antecesores Alfredo Pérez Rubalcaba y Antonio Camacho, indicó que «la lucha contra el terrorismo se ha llevado de forma ejemplar» y que así va a continuar, porque «Interior nunca dejará en suspenso el estado de derecho».

Fernández Díaz explicó que el cese definitivo de los atentados anunciado el 20 de octubre pasado por ETA es «una buena noticia y algo de lo que hay que alegrarse», pero, con la misma sinceridad, volvió a dirigirse a los jefes de la banda terrorista para dejarles claro que su decisión fue «una condición necesaria, pero no suficiente porque tienen que dejar de existir». «Esa es la única noticia que esperamos», insistió.

Pese a la puesta en valor del comunicado que anunció el cese de la violencia, el nuevo titular de Interior negó a ETA y a la izquierda abertzale cualquier mérito sobre el particular. No permitió dudas sobre quienes cree que son los responsables de la decisión, que asimiló a la derrota de la banda. Dijo que el fin de los atentados no es «una conversión voluntaria» sino el resultado de la «acción implacable e impecable» de las fuerzas de seguridad del Estado, ayudadas por los jueces, fiscales y por la cooperación internacional, y del empuje de la sociedad, representada por «el ejemplo extraordinario ético y moral» de las víctimas del terrorismo, que «nunca pretendieron tomarse la justicia por su mano», y a las que quiso rendir un homenaje explícito en su primer día al frente del departamento.

Convencer a la banda

Fernández Díaz, tanto con lo que dijo como con lo que calló, dio a entender, al igual que Rajoy, que el cordón sanitario que el PP mantiene en torno a los distintos representantes de la izquierda abertzale, a los que tiene en cuarentena política y excluye de cualquier ronda de contactos, va continuar invariable.

Sí que anticipó que su departamento abrirá un «diálogo» dentro del proceso de fin del terrorismo con el resto de los partidos y con algunas «instituciones», una alusión que pareció destinada sobre todo a los representantes del Gobierno vasco. El presidente del Gobierno ya citó el martes en el Congreso al PNV para estas futuras conversaciones que, según adelantó, se producirán sin prisas en los próximos meses, con discreción, sin estridencias, y sin concesiones políticas.

El titular de Interior tampoco especificó cuáles serán las materias a tratar en estos contactos, pero sí con qué criterio se elegirá a sus protagonistas. Serán todos interlocutores que «puedan colaborar en convencer a ETA para que desaparezca» y se harán con el objetivo declarado de acelerar este proceso.

No dijo ni una palabra sobre cambios en políticas penitenciarias u otro tipo de medidas, pero, en un tono que recordó al de Rajoy cuando le espetó a Amaiur «no le debo nada», hizo dos puntualizaciones. Cualquier actuación encaminada a lograr el fin del terrorismo se hará «desde el estricto cumplimiento de la ley, y solo de la ley», y nadie, etarras, independentistas u otros partidos, deben esperar concesiones, porque «ocurrirá sin pagar precio alguno».