Una mujer de su círculo para las infraestructuras
Ana Pastor Ministra de Fomento. Cubillos del Pan, Zamora, 1957
MADRID.Actualizado:Mariano Rajoy ha elegido como ministra de Fomento a Ana María Pastor Julián, una de las personas en las que más confía. No en vano, los dos son amigos desde la juventud. Pastor se hace cargo de una cartera repleta de retos.
La hasta ahora secretaria de Política Social y Coordinadora de Participación Social del Partido Popular (PP) se enfrenta en el ministerio más inversor al peor momento económico en décadas. Eso hará que deba aprovechar al máximo su reconocida capacidad de negociación para, por un lado, convencer al jefe de Ejecutivo de que los recortes que lleguen en pro de la ortodoxia presupuestaria no frenen demasiado el desarrollo de las grandes obras públicas. Por otro, Pastor habrá de buscar en el ámbito privado el dinero que no encuentre en el público. La colaboración con constructores, fondos de inversión y la banca será esencial para que carreteras, puertos, ferrocarriles y aeropuertos mantengan su desarrollo.
La privatización de Aena, hoy en el limbo, será otra de las grandes tareas a las que deberá entregarse la nueva ministra de Fomento. Eso, y la política de Vivienda que, si no hay cambios, quedaría también entre sus atribuciones. Pastor, que en la pasada legislatura fue vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, donde ocupaba su escaño como diputada por Zamora, está casada y no tiene hijos. Entre las 'cargas' menos gratas del Ministerio de Fomento podría exponer más pronto que tarde la necesidad del pago por el uso de las infraestructuras; una 'patata caliente' que aunque ya constaba en el PEIT de 2005 el Gobierno socialista nunca quiso poner encima de la mesa.
Licenciada en Medicina y funcionaria del Cuerpo Superior de Salud Pública, Ana Pastor se confiesa amante de la música de Pink Floyd y entregada a la literatura de Jorge Luis Borges. Esta gallega de adopción y de corazón (allí se forjó como política y dio sus primeros pasos como gestora sanitaria), se 'estrenó' en Madrid junto a Mariano Rajoy en 1999 como subsecretaria del Ministerio de Educación, cuando el hoy presidente del Gobierno ocupó esa cartera. Las buenas migas funcionaron y el tándem se repitió después en los departamentos de Interior y Presidencia. Ya en 2002, José María Aznar la nombró ministra de Sanidad y Consumo.