Corea del Norte se cierra a cal y canto
El país comunista bloquea sus fronteras, mientras la vecina del Sur se mantiene en alerta y Japón adquiere una flota de cazas Una tensa calma se apodera de Asia tras la muerte de Kim Jong-il mientras su hijo le rinde honores
SHANGHÁI.Actualizado:Entre los milagrosos logros que se le atribuyen al Querido Líder de Corea del Norte no se encontrará el de la resurrección. Aunque su cuerpo será conservado casi como en vida, Kim Jong-il engrosa ya la larga lista de dictadores momificados que solo reaparecerán en las pesadillas de quienes estuvieron bajo su yugo. En el interior de una urna de cristal, cubierto con una manta de terciopelo rojo, y custodiado por guardias de honor armados con 'kalashnikovs', su cadáver fue mostrado ayer al mundo mientras la plana mayor del Ejército le rendía una última reverencia. Kim Jong-Un, el tercero de sus hijos varones y sucesor al trono de este peculiar reino comunista, dio un paso al frente y se postró frente a la colección de medallas que decora su lecho de muerte.
Consciente de que ya cuenta con el beneplácito de quien realmente importa, el de China, Jong-un dio una vuelta alrededor del cuerpo de su padre, siempre con el rostro sereno, y se marchó de la impecable estancia del palacio de Kamsusan antes de que sus súbditos rompieran a llorar. Comienza así una nueva época en Corea del Norte, pero se descartan cambios bruscos. Ni para bien ni para mal. La prensa del país ha lanzado una nueva ofensiva propagandística para elevar todavía más la figura de quien ha alcanzado ya el grado de Gran Padre del Pueblo, y el país ha decidido cerrarse a cal y canto.
Ni siquiera los mercaderes chinos que generalmente cruzan la frontera en Dandong tienen acceso, aunque oficialmente el paso permanece todavía abierto. Diferentes agencias de noticias aseguran que tanto en la localidad china como en Wogjong, fronteriza con Rusia, el movimiento que se registra es el de extranjeros que abandonan el país ante la posibilidad de un hipotético cierre total. Pese a ello, todos a los que citan afirman que reina la calma dentro del país. Sin duda, los dirigentes del Partido de los Trabajadores, el único existente, no quieren arriesgar y han decretado la desconexión total del mundo. Ni siquiera mandatarios de otros países serán invitados al funeral del día 28, aunque podrían darse excepciones con China -ayer, su presidente, Hu Jintao, se desplazó inusitadamente a la Embajada de su vecino para mostrar sus condolencias-, y con otros países de la esfera comunista, como Cuba, que ha decretado tres días de luto oficial en la isla. En Corea del Norte serán once.
Esta sensación de estabilidad fue recibida con optimismo por los mercados, siempre el elemento más cobarde de la esfera internacional, que se recuperaron en Asia tras el batacazo sufrido tras conocer la noticia de la muerte del dictador a causa de un ataque al corazón. La bolsa surcoreana ganó un 0,91% -todavía lejos del 3,4% que cayó el lunes- y su divisa, el won, recuperó casi todo el valor perdido frente al dólar estadounidense (1,09% frente al 1,38% que perdió).
En la esfera política, y tras un día de indecisión, el Gobierno de Seúl optó ayer por enviar sus condolencias con la misma fórmula que usó (y que le dio buen resultado) tras el fallecimiento de Kim Il-sung -el Gran Líder y padre de Kim Jong-il-. No se mostró apenado por su muerte, un hecho que podría haber sido clasificado como puro sarcasmo, pero sí que mostró su «simpatía hacia el pueblo de Corea del Norte», y pidió a los cristianos que residen frente a ese país que no enciendan árboles de Navidad que podrían ser considerados una provocación propagandística.
Los vecinos se protegen
Por su parte, el ejército surcoreano continuará en máxima alerta durante los próximos días. Porque la falta de información contrastable y la confirmación de que el lunes Corea del Norte sí que disparó un misil de corto alcance -aunque los servicios de inteligencia surcoreanos no lo ligan a la muerte del déspota-, sigue enervando a los países del noreste asiático.
De hecho, ayer Japón confirmó que tiene intención de añadir 42 cazabombarderos 'fantasma' fabricados en Estados Unidos para renovar su flota y poder hacer frente así a la amenaza norcoreana y al aumento de la capacidad militar de China. «La situación está cambiando en lo que a seguridad aérea se refiere, y el nuevo modelo puede responder a los retos que se avecinan», explicó el ministro de Defensa nipón, Yasuo Ichikawa, antes de firmar el cheque de 5.380 millones de euros con el que tendrá que pagar a Lockheed Martin por los F-35.
Curiosamente, al mismo tiempo, la secretaria de Estado de la primera potencia mundial, Hillary Clinton, hacía un llamamiento a la calma. «Nuestro pensamiento y nuestras plegarias están con la población norcoreana. Queremos una transición pacífica y estable», dijo durante una conferencia de prensa. «Urgimos a los nuevos líderes de Corea del Norte a que trabajen con la comunidad internacional para dar comienzo a una nueva era de paz, prosperidad, y seguridad duradera en la península», añadió, seguramente con la mente puesta en el arsenal nuclear.