La UE acusa a España de desaprovechar sus fondos para combatir el paro juvenil
La Comisión pone 30.000 millones a disposición de los países para frenar la «dramática» situación de los jóvenes
BRUSELAS.Actualizado:La Comisión Europea acusó ayer a España de desaprovechar los fondos comunitarios para combatir el desempleo entre los jóvenes. El comisario de Trabajo, el húngaro Laszlo Andor, subrayó que su departamento ha detectado «problemas» en la inversión de las partidas sociales que corresponden al Gobierno español. En una comparecencia para reclamar a los Veintisiete más medidas contra el paro juvenil, Andor anunció que Bruselas cuenta con 30.000 millones de euros a disposición de los países para poner en marcha programas de inserción laboral. España, con una tasa de desempleo del 48,9% entre los menores de 25 años, lidera con holgura la clasificación europea, donde la media se reduce al 22%.
El comisario de Trabajo volvió a diseccionar en su comparecencia las razones que explican el desorbitado índice de desempleo entre los jóvenes españoles. El economista húngaro recordó que en la base de todo el problema, al igual que le ha sucedido a Irlanda, se encuentra el desplome de la construcción.
Según detalló, miles de estudiantes abandonaron las escuelas al calor del boom inmobiliario para ganarse la vida con «trabajos atractivos, pero poco sostenibles». Esta situación provocó que muchos jóvenes «no invirtieran» en su formación, una circunstancia que ha contribuido a dificultar su reinserción en otros nichos laborales.
El responsable comunitario indicó que la estructura del mercado laboral español tampoco ha ayudado a contener la sangría de parados. Igualmente, recordó que «la falta de diversificación» de la economía ha impedido abrir caminos para facilitar las recolocaciones. Pese a este conjunto obstáculos, Andor lamentó que el Gobierno no haya sacado más partido a las ayudas comunitarias. «Es uno de los países que ha tenido problemas con el Fondo Social Europeo», apuntó en referencia a las subvenciones que ofrece Bruselas para impulsar la creación de empleo y mejorar la preparación de los trabajadores. En el periodo 2007-2013, a España le corresponden 8.000 millones para programas de estas características.
El Fondo Social Europeo, que nació en 1957 en paralelo a la fundación de la UE, forma parte de las ayudas estructurales para paliar las diferencias entre los socios. Aunque cada miembro de la Unión tiene asignado un volumen financiero, el dinero se entrega a medida que se ponen en marcha los proyectos seleccionados. En muchos casos, las partidas quedan congeladas porque los países no alcanzan el ratio de cofinanciación exigido por Bruselas. En 2010, la Comisión ya alertó del escaso uso de los 36.000 millones en fondos de cohesión que le corresponden a España hasta finales de 2013. Las dificultades para acceder a las ayudas europeas no solo afectan a España. Ante esta situación, el comisario llamó a los Veintisiete a aprovechar la parte del Fondo Social Europeo todavía sin comprometer para hacer frente al desempleo juvenil. En total, se podrían movilizar 30.000 de los 75.000 millones incluidos en este mecanismo.
«En muchos países, la situación empieza a ser dramática. Si no actuamos de forma decidida nos arriesgamos a tener una generación perdida», remarcó antes de alertar de los «importantes costes económicos y sociales» que genera una tasa de paro descontrolada. El comisario detalló incluso el impacto que tiene el desempleo juvenil en la UE. De acuerdo a sus cálculos, cada semana se necesitan 2.000 millones, el equivalente al 1% del PIB europeo. «La tendencia no puede continuar. Tenemos que ofrecerles esperanzas», agregó. Y explicó que muchos titulados salen de Europa hacia Estados Unidos, Canadá, Brasil, Angola o Mozambique «en función» de sus idiomas.
Los Veintisiete volverán a reunirse el lunes 30 de enero, pero en esta ocasión la cumbre estará volcada en el empleo. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, convocó el encuentro, el primero al que asistirá Mariano Rajoy. «Hay una salida social a la crisis», subrayó el exmandatario belga. Pese a su apuesta por combatir el paro, admitió que la reunión supondrá un «gran desafío».