Un diplomático a la conquista de China
El embajador de EE UU convence a la población, pero el Gobierno desconfía de su imagen, que explota la idea de 'hombre corriente'
SHANGHÁI.Actualizado:No resulta fácil levantar pasiones en China siendo estadounidense. Ni siquiera estrellas del cine o de la música lo consiguen. Pero Gary Locke (Seattle, 1950) parece haber encontrado la receta secreta para unir a dos superpotencias cuyos roces pueden hacer saltar chispas que prendan un incendio en todo el mundo. Incluye un árbol genealógico que hunde sus raíces en la propia China, una extensa carrera como político al otro lado del Pacífico, y una personalidad carismática y humilde, que explota el lado más amable de 'un hombre corriente'.
«Muchas veces me he preguntado cómo ha sido posible que la familia Locke haya pasado en un par de generaciones de vivir en una aldea rural china a ocupar la mansión del gobernador», comentó durante un encuentro con universitarios chinos. «La respuesta reside en las características de América, que ha construido y mantiene una economía y una sociedad abiertas».
Sin duda, son palabras que no gustan en las esferas del poder de Pekín, como demuestra un artículo del oficialista 'Global Times', que asegura que «un embajador de EE UU que se convierte en una estrella política en China no puede interpretarse como una muestra de respeto». Pero no todos se han mostrado tan agresivos. «Quizá sea hora de que los mandatarios chinos tomen nota del humilde Locke», escribía Chen Weihua, editor de 'China Daily'.