Manzano, sentenciado

Gregorio Manzano está sentenciado en el Atlético de Madrid. El Betis se encargó este domingo de dar la puntilla al técnico jienense, ya al borde del abismo en vísperas del decisivo partido de Copa del miércoles contra el Albacete, con los rojiblancos obligados a remontar en el Calderón el 2-1 del Carlos Belmonte para no despedirse a las primeras de cambio y firmar otro sonoro fracaso. El Atlético cayó ante el Betis, sufrió su primera derrota de la temporada en el Calderón, y la grada volvió a estallar contra el entrenador al grito de «¡Manzano, vete ya!». Su destino ya está marcado, a la espera de una destitución que será inevitable, aunque él insiste en que está preparado para continuar trabajando y levantar a un Atlético en caída libre que ya está cerca del descenso.

«El equipo tiene fuerzas para sacar esto adelante, y si el equipo tiene fuerzas, el entrenador tiene fuerzas», aseguró Manzano, quien, lógicamente, garantizó que no piensa dimitir, aunque reconoció que no le agrada ser víctima de «un ambiente tan hostil» en el Calderón, donde los aficionados rojiblancos dedicaron los primeros gritos al técnico al comienzo de la segunda parte cuando Pozuelo adelantó al Betis tras un resbalón de Domínguez. La bronca se recrudeció cuando a Manzano se le ocurrió retirar con el marcador en contra a Diego y Arda Turan, y sacó a Reyes, por quien el Atlético ya está negociando con el Sevilla para traspasar de inmediato al extremo a cambio de tres millones y medio de euros.

El Atlético, que no ha respaldado públicamente a Manzano, le dio un plazo de tres partidos, y el técnico salvó el primer 'match ball' el jueves ante el Rennes en la Liga Europa, aunque ni la goleada acalló a la afición rojiblanca contra el entrenador y los dirigentes. En el segundo llegó el grave tropiezo ante el Betis y Manzano ya no podrá sobrevivir, con la incógnita de si llegará o no al miércoles. Aunque Luis Aragonés es el preferido de la afición rojiblanca, la directiva rojiblanca no se atreve con el exseleccionador nacional, porque con su carácter podría acabar de forma definitiva con la etapa de Gil Marín y Cerezo. Con Simeone, Pantic, Schuster, Solari y Luis Enrique entre los candidatos, el abanico se ha ampliado hasta Juande Ramos, aunque Manzano no pierda la esperanza.