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ESPAÑA

La reforma laboral medirá en enero el talante del nuevo presidente

Rajoy deberá hacer frente a otras controvertidas decisiones que se han quedado sobre la mesa de Zapatero

A. MONTILLA
MADRID.Actualizado:

La semana después de la festividad de Reyes. Este es el plazo que dio Mariano Rajoy hace unas semanas a los agentes sociales para que sellen un acuerdo, aunque de mínimos, sobre los aspectos del mercado laboral que el futuro presidente del Gobierno considera necesario variar.

Rajoy quiere que patronal y sindicatos lleguen a un pacto sobre esta reforma, que considera imprescindible para la creación de empleo. Si este entendimiento no llega, el presidente adoptará las decisiones que «considere conveniente». Se espera que el lunes, durante el debate de investidura, ofrezca alguna pista sobre qué cosas deben cambiar en materia de negociación colectiva y contratación.

Será, en cualquier caso, el primer test sobre el talante de un Rajoy que goza una mayoría absoluta suficiente para hacer lo que «considere conveniente». Un examen similar deberá pasar a la hora de impulsar la renovación pendiente cuatro magistrados del Tribunal Constitucional o la elección de cargos tan significativos como el del defensor del pueblo (Enrique Múgica concluyó su mandato en junio de 2010), el presidente del Tribunal de Cuentas o el máximo responsable del ente público de Radio Televisión Española, sin timonel tras la dimisión de Alberto Oliart.

En los primeros meses de 2012, el nuevo jefe del Ejecutivo deberá resolver los expedientes de algunos asuntos controvertidos que José Luis Rodríguez Zapatero le ha dejado en los cajones de la Moncloa. Todas estas decisiones necesitan el acuerdo parlamentario de PP y PSOE. La denominada Ley Sinde, por ejemplo, deberá tener una respuesta por parte del PP, tras retirar Zapatero 'in extremis' la aprobación de esta norma. En el PP confían en poder dar una solución que proteja los derechos de autor sin perjudicar a los usuarios.

Rajoy insinuó durante la campaña que arbitraría algún método que permitiera volver a fumar en establecimientos públicos, aunque «salvaguardando el derecho de los no fumadores». Un mensaje poco claro que alentó las expectativas de los fieles de la nicotina, pero que sumió en la preocupación a los fumadores pasivos que no quieren volver al pasado.

Otra 'patata caliente' será la posibilidad o no de trasladar los restos de Francisco Franco fuera del Valle de los Caídos. Esta cuestión incomoda a Rajoy, porque el líder del PP opina que España tiene otros problemas más graves que el destino del féretro del dictador.

Un engorro similar al que le provoca la denominada Ley de Matrimonio Homosexual, aunque ya ha dicho que no moverá ficha hasta que no se pronuncie el Tribuna Constitucional sobre el recurso presentado contra la norma que permite casarse a personas del mismo sexo. Rajoy, por contra, sí dejó claro que retrotraerá algunos de los artículos de la Ley del Aborto, como los que afectan a las menores de edad.