Chirac pasa a la historia como corrupto
El Tribunal Correccional de París condena al expresidente francés por desviar fondos públicos cuando fue alcalde de la capital
PARÍS.Actualizado:Jacques Chirac adquirió ayer el dudoso privilegio de convertirse en el primer presidente de la República francesa condenado por la Justicia. En las páginas negras de la Historia comparte condición de convicto con otros destacados exjefes del Estado: Luis XVI y el general Philippe Pétain. El monarca fue guillotinado en la Revolución; el militar resultó condenado por colaboración con la Alemania nazi. A los 79 años, senil y achacoso, a Chirac le queda el consuelo de evitar la cárcel en su ingreso en la posteridad como corrupto.
El Tribunal Correccional de París fue rotundo en una sentencia ya histórica. «Jacques Chirac incumplió el deber de honradez, que tienen que respetar los responsables de la gestión de fondos o bienes públicos a su cargo, en contra del interés general de los parisienses», leyó su presidente, Dominique Pauthe en vista pública. Luego pronunció el veredicto: dos años de prisión, con dispensa de cumplimiento, por malversación de fondos públicos, abuso de confianza y apropiación indebida.
Sobre el papel, Chirac se exponía a una pena máxima de diez años de prisión y una multa de 150.000 euros por haber pagado a amigos, colaboradores y empleados de su partido con cargo a las arcas municipales a principios de los años noventa del siglo pasado, cuando era alcalde de París (1977-1995). Pero el tribunal tuvo en cuenta «la antigüedad de los hechos», la «ausencia de enriquecimiento personal» y la «indemnización a la Alcaldía de París por parte de la UMP y de Jacques Chirac», así como «la edad y el estado de salud del expresidente» y sus «eminentes responsabilidades» como jefe del Estado.
La resolución considera a Chirac culpable de 19 empleos ficticios a cargo del Ayuntamiento en beneficio de colaboradores que nunca pisaron la Casa Consistorial y ni siquiera tenían adjudicado un número de teléfono para salvar las apariencias. Entre los otros siete condenados por el mismo caso figuran el exlíder del sindicato Fuerza Obrera Marc Blondel, cuyo chófer era pagado con fondos municipales, y Jean de Gaulle, nieto del general fundador en 1958 de la Quinta República, que disfrutaba de varios secretarios a cuenta de la generosidad del alcalde con el dinero del contribuyente.
Acusador particular
Al final ha sido la iniciativa individual de un ciudadano, acusador particular en calidad de perjudicado, la que ha acabado con la impunidad de Chirac, blindado por la inmunidad presidencial durante su paso por el Elíseo (1995-2007). La Fiscalía no ejerció la acción pública y pidió en el juicio una absolución general. Y el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, se retiró del proceso tras pactar con la mediación de Nicolas Sarkozy una indemnización de 2,2 millones de euros por parte de Chirac y de la UMP, el partido conservador gobernante.
Chirac, que no acudió al juicio celebrado en septiembre ni a la lectura del veredicto por razones de salud, acogió la condena «con serenidad», según uno de sus defensores. El abogado Jean Veil añadió que a su cliente le había agradado que «por lo menos el tribunal reconozca que no hubo ningún enriquecimiento personal». Además relativizó los 19 empleos ficticios «frente a los 40.000 agentes del Ayuntamiento».
Por su parte, Benoît Hamon, portavoz del Partido Socialista, valoró que la condena supone «un buen signo para la democracia francesa» ya que demuestra que «una justicia independiente puede pronunciar un veredicto contra un expresidente de la República». Casi veinte años después de los hechos más tardíos salvados de la prescripción.