ESPAÑA

El asesino de Olot pide perdón a las familias de sus víctimas

Pere Puig se declara culpable de las cuatro muertes y solicita ser condenado a una pena de 30 años de prisión

GERONA. Actualizado: Guardar
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El asesino múltiple de Olot, Pere Puig, pidió perdón a las familias y a los hijos de las cuatro personas a las que mató hace un año en un bar de La Canya y en la oficina de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) de Olot, en su último turno de palabra.

«Siento mucho lo que ha pasado. Me sabe mal por las familias y pido perdón a las familias y a sus hijos por todo lo que ha pasado», expresó el acusado de los cuatro asesinatos en la última sesión del juicio celebrada ayer en la Audiencia de Gerona.

Durante la presentación de las conclusiones, la defensa, pese a admitir los crímenes, pidió para su cliente el atenuante de confesión y eximente incompleta por anomalía o alteración psíquica. Por ello, pidió siete años y medio de cárcel por cada asesinato -30 en total-. En cuanto a la indemnización alegó que Puig es insolvente, mientras que la Fiscalía mantuvo su petición de 20 años por cada asesinato; una petición de pena que también sostuvieron las dos acusaciones particulares.

Todos los informes finales de las acusaciones se centraron en demostrar que Pere Puig era plenamente consciente de lo que hacía cuando acabó con la vida de cuatro personas disparándoles con un potente rifle semiautomático que les causó la muerte en el acto. Además, argumentaron sus exposiciones para evitar que el jurado popular crea que Puig se entregó, confesó o colaboró. El fiscal del caso, Víctor Pillado, resumió así los hechos: «Matar a cuatro personas queriendo matar a seis, no pudiendo matar a dos de ellas porque ese día, coloquialmente hablando, Dios les vino a ver porque uno se fue a cazar y el otro se fue al médico, y matar a esas cuatro personas, sin posibilidad alguna de defenderse, no solo es deleznable y despreciable sino propio de un señor cruel y de una mala persona que no tiene respeto alguno por la vida de los demás».

A la pregunta de si el procesado sufre o no una enfermedad mental o trastorno de la personal el ministerio público y las acusaciones afirmaron que no. «Quería matar, sabía que mataba y mató», expuso el fiscal Pillado.