Camps aseguró en 2009 que no recibió ningún regalo de 'El bigotes'

Cuando estalló el escándalo 'Gürtel' en febrero de 2009, y a raíz de que se publicasen los primeros vínculos de la trama corrupta de Francisco Camps, éste compareció en las Cortes valencianas para negar de forma tajante su relación con este asunto. El expresidente de la Generalitat valenciana, visiblemente enojado, aseguró a los diputados en mayo de ese año que "no hay regalo alguno" y que no tenía "ninguna relación" con Álvaro Pérez 'El bigotes', Francisco Correa o Pablo Crespo, cabecillas de la red.

Se refería Camps a la publicación de una conversación telefónica con el 'El bigotes' en la que hablaban de unos regalos hechos por éste a su familia en las navidades de 2008, semanas antes de que el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón destapara la trama. "No hay regalo alguno", dijo entonces el expresidente.

Sin embargo, ayer, durante el interrogatorio de la fiscal en el juicio de los trajes, Camps cambió completamente de versión. Dijo que sí, que tenía una relación de "cordialidad" con 'El bigotes', al que conoció en 2002 en actos del Partido Popular regional y que recibió regalos, un reloj para su mujer y una pulsera de cuero con una medalla para su hija, pero que luego los devolvió tras explicarle por teléfono que se había pasado "veinte pueblos".

Era el mismo Camps que llamó "amiguito del alma" a Álvaro Pérez y el que le dijo que le quería "un huevo", según el sumario del juicio. Una conversación telefónica que ayer sonó en la sala de vistas y que cayó como un torpedo en la estrategia de defensa del expresidente. Pero éste, pese a todo, siguió fiándose ayer de su palabra, de apelar a la confianza, a la valencianía, poniendo a la patria como escudo para esquivar preguntas de la fiscal y negarse a contestar a la acusación popular del Partido Socialista valenciano.

Se la jugó todo a desacreditar al sastre que le hizo los trajes, José Tomás, y que supuestamente le pagó 'El bigotes'. A afirmar que él los abonó en metálico con dinero que le prestó su escolta y a señalar que no recibió factura alguna. Al fin y al cabo, dijo Camps al tribunal popular, luego devolvió las prendas al sastre.