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Rajoy saluda ayer en el Congreso a Ruiz-Gallardón en presencia de González-Pons. :: P. P. MARCOU / AFP
ESPAÑA

Bancada de ministrables

Ninguno dijo nada, pero los populares dan por hecho que Soraya Sáenz de Santamaría tendrá «importantes responsabilidades» Los diputados del PP que más suenan en las quinielas se sientan juntos

ANTONIO MONTILLA
MADRID.Actualizado:

Jurar o prometer y votar. Estas fueron las dos únicas tareas de los 350 diputados del Congreso en la jornada inaugural de la décima legislatura. «Ya ves, buscando un lazarillo porque no me ubico», comentaba a un compañero el socialista Odon Elorza, que ha cambiado los donostiarras jardines de Alderdi Eder por la madrileña carrera de San Jerónimo. No era el único novato, hasta 139 señorías pisaban por primera vez la Cámara baja y hubo más de un despiste con puertas y escaleras.

Y, como en cualquier comienzo, los nervios jugaron alguna mala pasada. Un diputado popular, por ejemplo, se equivocó de papeleta y votó al valenciano Ignacio Gil Lázaro para presidente del Congreso. «He sido el segundo más votado», bromeaba el secretario primero de la cámara. «No, ese ha sido 'Pepiño'», respondió entre risas otro compañero en alusión a que cada vez que se contabilizaba un voto en 'blanco', se sumaba a la casilla del exministro de Fomento y diputado por Lugo, José Blanco.

Todas las miradas estaban puestas en la nutrida bancada de los triunfadores, los 186 diputados del PP que tuvieron dificultades para encontrar asiento antes de que comenzara la sesión. Mariano Rajoy se sentó junto a su nuevo portavoz, Alfonso Alonso, pero una fila más arriba se pudo ver una constelación de ministrables, o al menos los que más suenan en las quinielas, aunque con Mariano Rajoy nunca se sabe y además no dice nada. El flamante portavoz del grupo popular alimentó las especulaciones y dio por sentado que su exjefa, Soraya Sáenz de Santamaría, tendrá «importantes responsabilidades» en el futuro gobierno.

Allí estaban codo con codo Ana Mato, Sáenz de Santamaría, Esteban González Pons, Alberto Ruiz Gallardón, Jorge Moragas y Ana Pastor. Ninguno, en contra de lo que es habitual en ellos, quiso pararse ni un minuto para atender a los informadores.

Los pasillos del Congreso lucían en fecha tan destacada un tanto desnudos porque se habían descolgado los cuadros para limpiarlos. Una imagen extraña, al igual que lo fue ver a José Bono en la tribuna de invitados acompañado de José Ramón Beloki, un veterano diputado del PNV hasta la pasada legislatura que también se jubila. El expresidente del Congreso, que no tiene acta de diputado, quiso despedirse en persona de sus antiguos compañeros.

Legislatura de 'altura'

«Lo que está claro es que esta va a ser una legislatura de altura», comentaba una parlamentaria. No se refería solo a las posibles leyes con enjundia que se van a debatir en los próximos cuatro años, sino a la altura física de alguno de los personajes claves de esta recién estrenada legislatura. Y es que el presidente del Congreso, Jesús Posada, y el portavoz provisional de Amaiur, Mikel Errekondo, están cerca de los dos metros.

Los seis miembros de la coalición abertzale (al séptimo, el elegido por Navarra, se le espera, aunque de momento no esté), por cierto, han disipado algunas dudas. El personal del Congreso adscrito a estos diputados temía un comportamiento díscolo de los diputados de la formación de la izquierda abertzale e, incluso, especulaban con la vestimenta que pudieran lucir algunos porque si el presidente la consideraba impropia estaba en su derecho de desalojarlos del hemiciclo. Pero los diputados de Amaiur aparecieron vestidos con ropa moderna pero seria, y conquistaron con su comportamiento a los funcionarios. «Son muy majos», apostillaron.