Vísperas de Navidad
Actualizado: GuardarEstamos en vísperas de Navidad. Los amigos y los compañeros, o ex- compañeros, de trabajo se vuelven a reunir para celebrar las Fiestas y brindar para que el nuevo año nos sea más propicio. En las casas se montan los belenes, aunque no haya sido posible reponer la figura del pastor que se rompió la pierna el año pasado. Las luces y los exornos navideños ya están colocados en nuestras calles, aunque esta vez brillen un poco menos, y los Reyes Magos ultiman los preparativos para iniciar su largo viaje y traernos toda la ilusión que puedan acarrear. Este año, Melchor, Gaspar y Baltasar lo han tenido más complicado y se están rompiendo la cabeza para que el presupuesto les permita responder a todas las cartas recibidas. Tanto los Reyes de Oriente como sus representantes en los hogares españoles han tenido que recortar en miles de detalles diarios para que todos los niños puedan recibir, al menos, un regalo. En lo que no van a escatimar es en mensajes de esperanza porque, de nuevo, nos traen el Espíritu de la Navidad. Ese Espíritu que hace que todos nos deseemos lo mejor y que la paz y la solidaridad estén presentes en todas nuestras tarjetas electrónicas de felicitaciones. Aunque, como decía Dickens, que bueno sería que nos empeñáramos en honrar el espíritu de la Navidad conservándolo durante todo el año. En alemán, a la noche del 24 de diciembre se la llama Weihnachten, 'noche de bendición', y bien sabe Dios que necesitamos mucha, pero también necesitaremos esforzarnos para que la expresión de los buenos deseos navideños no se olviden cuando el 6 de enero los Reyes se vuelvan al lejano Oriente. Buenos deseos navideños que deberían formar parte del estado permanente de nuestras mentes y de nuestras acciones. Y de nuestras exigencias. Porque al trabajo de todos para hacer más real las buenas intenciones de solidaridad, de generosidad, de sacrificio o de tolerancia, debemos añadir a nuestra vida cotidiana, y a todos los niveles en los que de una u otra forma participamos, la expresión y la exigencia de otros valores que cada vez se muestran más necesarios: la transparencia, la verdad y que los intereses particulares no secuestren el interés de todos.