El rey borra a Urdangarin de la agenda oficial
Zarzuela admite que su comportamiento «no es ejemplar» y lo retira de primera línea antes de que sea imputado pero denuncia que se le ha sometido a un «juicio popular»
MADRID Actualizado:Don Juan Carlos ha empezado a extender un por ahora tímido ‘cordón sanitario’ en torno a la figura de Iñaki Urdangarin ante la posibilidad de que el marido de la infanta Cristina sea imputado en breve en el ‘caso Palma Arena’. Un mes después de que estallara la ‘operación Babel’, la Casa del Rey movió por primera vez ficha y anunció que el duque consorte de Palma dejará de representar a la Familia Real y no participará hasta nueva orden en ningún acto oficial. Eso sí, el yerno del monarca seguirá siendo miembro de la Familia Real y, por tanto, podría convertirse en el primer miembro de la misma acusado formalmente de un delito porque la Corona no tiene intención de embarcarse en reformas legales para adelgazar su núcleo familiar.
Después de semanas de silencios mezclados con informaciones contradictorias, la Zarzuela decidió enfrentarse públicamente al ‘caso Urdangarin’ para intentar contener la avalancha. Fue el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y no un subalterno quien lidió el difícil toro. Esta vez sin comunicados y en una multitudinaria comparecencia en el palacio sin micrófonos ni cámaras, el portavoz reconoció ayer con nombres y apellidos que don Juan Carlos, a la vista de las «confusas, pero ilustrativas» filtraciones que salpican los periódicos cada día, cree que el «comportaminto» del duque «no ha sido ejemplar» y que lo mejor es que no aparezca en público representando a la Familia Real. La decisión de desaparecer de la agenda, según Spottorno, fue tomada de «mutuo acuerdo» entre Zarzuela y el yerno del rey.
Lo que no aclaró Spottorno es la situación en la que queda la agenda oficial de la infanta. «Ya se verá», fue la lacónica respuesta del jefe de la Casa del Rey, quien tampoco aclaró si la infanta Cristina dejará de figurar como secretaria general de Aizoon, una de las firmas situadas en el centro de la trama investigada.
La no «ejemplaridad» fue lo único que pudo sonar a crítica a la actuación del duque porque la Casa Real, aunque no hizo una cerrada defensa del yerno de don Juan Carlos, dedicó más a tiempo a criticar a los medios de comunicación y a la opinión pública que a cuestionar los negocios privados de Urdangarin al frente del Instituto Nóos, una entidad «sin ánimo de lucro». «Se mire como se mire en este caso se ha producido un verdadero juicio popular en el mejor estilo de otros regímenes», denunció Spottorno, quien dijo que la Casa del Rey lamenta que se viole la «presunción de inocencia» del duque pese a que no esté «imputado ni acusado de nada» a pesar de que hace cuatro años que comenzó la instrucción del caso.
El portavoz no hizo mención alguna al auto del juez del caso ‘Palma Arena’, en el que asegura que Urdangarin y su socio se dedicaban a ganar concursos públicos con «precios totalmente desproporcionados» ni al hecho de que la investigación de los negocios de Nóos comenzó solo el pasado agosto.
Goteo del filtraciones
Para la Corona, la situación de Urdangarin es la «peor de las posibles» por el «goteo de datos secretos para él, pero públicos para cualquier otro» y sin que medie acusación alguna. La Casa de Rey considera que esa «filtración regular y constante (de datos del sumario Palma Arena) solo conduce a la injusticia en estado casi puro», en particular por la «degradación progresiva de la imagen» del duque. Zarzuela insistió en el «juicio público prematuro» y «juicio paralelo» al que se ha sometido al marido de la infanta cuando «ninguno de nosotros podemos afirmar o negar el carácter delictivo» de las actividades del expresidente de Nóos, algo que «solo los tribunales de justicia pueden determinar».
La Casa del Rey recordó su respeto al «trabajo de los jueces y los fiscales», pero al mismo tiempo pareció meter prisa al juzgado de Palma de Mallorca. «Las instituciones judiciales deben completar cuanto antes su trabajo», apuntó el portavoz real.
El apartamiento de Urdangarin de la agenda oficial para minimizar daños a la Corona por la ‘operación Babel’ queda muy lejos de la otra posibilidad que se había planteado y que Zarzuela negó ayer, el adelgazamiento de la Familia Real para que solo formen parte de ella los reyes, los príncipes de Asturias y las infantas Leonor y Sofía. «La Familia Real es lo que es y no dejará de ser lo que es», zanjó Spottorno, quien negó que la Corona estudie pedir al Gobierno la reforma del real decreto de 1981 del registro civil de Zarzuela, que fija que todos los descendientes del monarca y sus cónyuges son miembros de la Familia Real. Eso sí, confirmó que desde hace tiempo la ‘casa’ estudia cómo reducir la aparición pública de las infantas dado lo difícil que es conjugar sus actividades laborales con la agenda pública.
En cualquier caso, Spottorno quiso dejar claro que los posibles problemas con la justicia de Urdangarin en modo alguno afectan a la Casa Real ni como Jefatura del Estado ni a como Corona porque es una institución «unipesonal».