Medvédev se compromete ahora a revisar el resultado de las elecciones
El presidente ruso no comparte el sentir de los manifestantes, mientras la Comisión Electoral recuerda que solo la Justicia puede anular los comicios
MOSCÚ.Actualizado:La reacción del presidente ruso Dmitri Medvédev a las multitudinarias movilizaciones llevadas a cabo el sábado en un centenar de localidades de todo el país en protesta por el pucherazo electoral -y en las que también se pidió a gritos la salida de Vladímir Putin- no era precisamente lo que la población esperaba en una situación que muchos califican ya de «grave crisis política». Medvédev escribió ayer en su perfil de Facebook que no comparte «ni las consignas ni las proclamas que se escucharon en los mítines».
Tras congratularse por el hecho de que las protestas discurrieran de forma pacífica y en el marco de la ley, el jefe del Kremlin prometió que dará orden de que «se comprueben todas las comunicaciones llegadas desde los colegios electorales en relación con el cumplimiento de la ley electoral». Sin embargo, de poco va a servir que se investigue las irregularidades si, tal y como declaró ayer el secretario de la Comisión Electoral Central, Nikolái Konkin, «los resultados definitivos de los comicios ya han sido publicados oficialmente». El pasado viernes concretamente. Después de eso, añadió Konkin, «solamente la Justicia puede anularlos». El responsable del Partido Comunista, Serguéi Óbujov, afirmó que «la promesa de Dmitri Medvédev es irrealizable, sobre todo porque quienes han cometido las falsificaciones han sido sus compañeros de partido».
La anulación de los resultados de la elecciones legislativas del pasado domingo, la destitución del presidente de la Comisión Electoral Central, Vladímir Chúrov y la depuración de responsabilidades por el pucherazo perpetrado son las principales exigencias planteadas por decenas de miles de manifestantes en las concentraciones organizadas el sábado por toda Rusia. En Moscú se reunieron unas 60.000 personas en la Plaza Bolótnaya. Ayer también hubo manifestaciones en unas cuantas ciudades, aunque con una incidencia muy inferior a la del sábado.
Putin, callado
Los analistas destacan el hecho sorprendente de que los canales de televisión, hasta ahora controlados por el aparato oficial, se hayan hecho eco de las movilizaciones. Algunos presentadores, como Alexéi Pivovárov, de la cadena NTV, amenazaron con despedirse si en sus espacios se les impedía incluir vídeos informativos sobre las protestas.
El que todavía no ha dicho ni una palabra sobre las manifestaciones es Putin. El politólogo Evgueni Gontmacher, del Instituto de Desarrollo Contemporáneo, considera que la pelota está ahora en el tejado del primer ministro. «Va a tener que optar por apretar las tuercas a la oposición, algo que llevará a Rusia al aislamiento, o empezar con ella un verdadero diálogo y hacer concesiones, convocando nuevas elecciones. Aunque sea en los entes territoriales, incluyendo Moscú y San Petersburgo, en donde el número de irregularidades fue más palpable».