Las antenas, en el cajón del olvido
El colectivo espera un encuentro con el Defensor del Pueblo, al que solicitan amparo para que se aplique el principio de precaución
JEREZ.Actualizado:Los teléfonos móviles, las redes wifi, las líneas de alta tensión... son amenazas invisibles que cada vez están más presentes en la vida moderna. Y para que podamos utilizar el GPS o consultar el correo electrónico al instante en cualquier parte están proliferando las antenas en los tejados de los edificios como si fueran setas en un bosque. Por eso la plataforma jerezana contraria a la instalación de más dispositivos que emitan radiaciones electromagnéticas sigue en la lucha por controlar su potencia.
El logro conseguido hace solamente unos meses con la aprobación plenaria de la moratoria para la instalación de otras 166 antenas en el municipio parece haber caído en el olvido, «igual que la regeneración del Río Guadalete o la recuperación del Rancho de La Bola», según el vocal de Solidaridad, Francisco Gil. «Ni siquiera tenemos constancia de que se le haya comunicado la decisión a las compañías telefónicas», añadió. La moratoria, que contó en el pleno de enero con el apoyo unánime de todos los partidos políticos (aunque el PSOE la había rechazado en dos ocasiones anteriores), estipula que no se colocarían más antenas de telefonía hasta que haya una ordenanza municipal que lo regule, ya que la anterior ha tenido que ser corregida a base de sentencias judiciales. Los responsables políticos se comprometieron, igualmente, a encargar un estudio técnico que analice la ubicación de las antenas en la ciudad, las zonas más contaminadas por radiaciones electromagnéticas y su legalidad. Los vecinos, por el contrario, aseguran que «se están colocando antenas camufladas y también se están ampliando los dispositivos de las ya existentes para la cobertura 3G».
La federación se encuentra a la espera de un encuentro tanto con el delegado de Urbanismo, Antonio Saldaña, como con el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, al que le han trasladado sus reivindicaciones. El objetivo principal, como indican diversos informes internacionales, es que se aplique el principio de precaución en la normativa puesto que «no se ha demostrado científicamente que las ondas electromagnéticas sean inofensivas para la salud», insiste Gil. En estos términos solicitaron a la actual alcaldesa, María José García-Pelayo, que intercediera en su papel de parlamentaria andaluza ante la administración por este motivo.
Una batalla más reciente de esta plataforma vecinal es la lucha contra la instalación de las redes wifi (internet sin cables) en los colegios. La implantación de la Escuela 2.0, la llegada de los ordenadores portátiles individuales para los alumnos y un uso creciente de las nuevas tecnologías en la enseñanza han provocado que los centros escolares dispongan de redes wifi. Según Gil, hay estudios que demuestran que «el nivel de radiaciones que emite una clase en la que haya 20 ordenadores con wifi es tres veces mayor que el que puede propagar una antena a una distancia de 100 metros». De hecho, ya hay otras plataformas similares a la jerezana -como la Asociación de Afectados de Navarra por campos electromagnéticos o la Coordinadora Vasca de Afectados- que han iniciado una campaña de información y concienciación en los centros escolares informando a las asociaciones de madres y padres de alumnos de los riesgos que puede conllevar que los niños de corta edad se expongan a estas radiaciones de manera continuada durante varias horas al día.
Según un informe de la National Radiation Protection Board (2004) el cerebro de los niños absorbe un 50% más de radiación de los teléfonos móviles que el de los adultos. El Parlamento Europeo, en sus resoluciones de septiembre de 2008 y de abril de 2009 ya pedía medidas para proteger a niños y adolescentes a las radiaciones de los móviles y redes inalámbricas como el wifi, wilan o bluetooth.
«En Jerez las antenas emiten 450 microwatios por centímetro cuadrado y pedimos que se reduzca hasta 0,1», recuerda Gil. Otras comunidades autónomas ya han tomado ejemplo. Cataluña ha reducido a la mitad las emisiones de sus dispositivos electromagnéticos y en Castilla La Mancha se controla que ciertas zonas sensibles, como los colegios y hospitales, no reciban más de 0,1 microwatios. La proliferación de móviles de última generación provoca que se registren emisiones de hasta 900 microwatios por centímetro cuadrado.
Los jerezanos «no están aún suficientemente concienciados aunque la gente pregunta porque tiene dudas al respecto», dice Gil, que ha atendido varias peticiones ciudadanas de información. «Puede más la propaganda de las compañías que la realidad de la telefonía móvil o el wifi», lamenta. Lo que es seguro es que las manifestaciones, protestas y denuncias que el colectivo lleva protagonizando varios años en la ciudad contra estos enemigos invisibles no va a caer en el cajón del olvido, como la moratoria, porque piensan seguir adelante llamando a las puertas que sean necesarias para que se les escuche.