Tawakkol Karman, Leymah Gbowee y Ellen Johnson Sirleaf posan tras recibir el Nobel de la Paz. :: ANDERSEN / AFP
Sociedad

Las que sostienen el cielo

Las tres ganadoras del Nobel de la Paz hacen historia y revalidan el papel de la mujer en la resolución de conflictos armados

OSLO. Actualizado: Guardar
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«Ustedes representan a una de las grandes fuerzas motoras del cambio en el mundo de hoy: la lucha por los derechos humanos en general y la lucha de las mujeres por la igualdad y la paz en particular». El presidente del comité Nobel, Thorbjoern Jagland, saludó así a la presidenta liberiana Ellen Johnson Sirleaf, a su compatriota Leymah Gbowee y la periodista yemení Tawakkol Karman, que recibieron ayer el Premio Nobel de la Paz en Oslo, que recayó por primera vez en la historia en tres mujeres.

Para Jagland, las tres premiadas dan «un sentido concreto al proverbio chino según el cual las mujeres sostienen la mitad del cielo». Precisó que, a pesar de sus diferencias, son tres ejemplos de mujeres que se negaron a ser relegadas al rol de víctimas, y jugaron un papel decisivo para poner fin a las guerras y promover la paz, la democracia y los derechos humanos.

Las tres destacaron el papel de las mujeres en la solución de conflictos. «El hecho de que dos mujeres liberianas estén hoy aquí, junto a una hermana venida de Yemen, muestra el carácter universal de nuestro combate», dijo en su discurso Sirleaf, la primera mujer elegida democráticamente en 2005 para presidir un país africano. Con 73 años quiere que su país supere el trauma de 14 años de guerras civiles y 250.000 muertos. «¡Alzad la voz! ¡Que vuestra voz sea la de la libertad!», reclamó a las mujeres de todo el mundo Sirleaf, que confió a su compatriota Laymah Gbowee la tarea de conducir la reconciliación nacional. «No hay una receta para la reconciliación», había dicho antes Gbowee, destacando como «para ciertas mujeres, eso puede depender de algo tan simple como tener comida para sus niños».

Trabajadora social convertida en 'guerrera por la paz', Gbowee, lideró un movimiento pacífico que puso fin a la segunda guerra civil, en 2003, con una 'huelga de sexo'.

Karman, la primera mujer árabe que recibe el Nobel de la Paz, es uno de los puntales del movimiento que exige la salida del presidente yemení Alí Abdalá Saleh, en el poder desde hace 33 años.

Seguir el ejemplo

La periodista de 32 años, lamentó la indiferencia occidental hacia una revolución yemení «que careció de la comprensión, el apoyo y la atención que tuvieron otras revoluciones en la región». Algo que «debería avergonzar la conciencia mundial». «El mundo democrático, que tanto nos habla de los valores de la democracia, no debería permanecer indiferente a lo que ocurre en Yemen y Siria». «Nos encantaría ver que EE UU sigue nuestro ejemplo para tener algún día una presidenta», había dicho Sirleaf antes de la ceremonia. «No sé cuándo ocurrirá y no sé quién será, pero nos gustaría verlo». Hay varios países «que podrían conseguirlo, como Nigeria, Sudáfrica, Ruanda y muchos que tienen líderes femeninas fuertes» dijo Sirleaf que fue elegida como primera presidenta de Liberia en 2005 y reelegida el mes pasado.