vuelta de hoja

Enemigos irreconciliables

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Les hemos visto discutir, no solo hasta la saciedad, sino hasta la suciedad. Se llevaban no como los perros y los gatos, que a veces congenian, sino como los políticos y los políticos. Ahora resulta que están de acuerdo los que hicieron todo mal y los que proponen hacerlo mejor. Rajoy y el extinto Zapatero apoyan el plan Merkel-Sarkozy. ¿Quién nos iba a decir que el líder de la inequívoca derecha y el de la presunta izquierda se iban a llevar como hermanos de leche?, aunque qué leche que sean hermanos. ¡Qué vueltas da la vida española para quedarse en el mismo sitio! Ahora Zapatero y Rajoy forman el dúo dinámico, aunque sus orquestinas tocaran por separado.

La verdad es que la orquesta está dirigida a distancia. En el 33 aniversario de la Constitución hubo pleno acuerdo entre los dos para obedecer a un tercero, que es lo que propone Van Rompuy. Las más sólidas convicciones se derrumban cuando no hay liquidez. Hay que salvar Europa pero, desdichadamente, esa titánica tarea se le encomienda a los mismos que la han hundido o por lo menos, la han dejado zozobrando. El llamado viejo continente ha batido todas las plusmarcas de crueldad. Entre Stalin y Hitler se cargaron más vidas humanas que todas las registradas en la terrible y teológica Edad Media, cuando los seres humanos creían en su mayoría que iban a ser recompensados por su conducta cuando ya les fuera imposible persistir en su comportamiento.

La gran estafa continúa, aunque el tocomocho se llame con diversos seudónimos. Mi electo tío carnal Manuel Machado confesó cuando aún no era sinceramente viejo que desde que empezó su vida no había hecho otra cosa que perder. Lo mismo nos va a pasar ahora. Se empiezan a llevar bien los que antes no se llevaban y todos los días se retratan juntos los que hasta hace cuatro no podían mirarse a la cara. Como en los combates de boxeo donde el público se aburre por falta de combatividad, estamos a punto de gritar ¡que se besen, que se besen!