Entre todos lo mataron y él solo se murió

Matar la gallina de los huevos de oro. Eso es lo que están consiguiendo entre todos los agentes implicados en el turismo de Chiclana.

Pese a contar con una planta hotelera de lujo y primer nivel, una oferta de locales de ocio y restauración diversa y amplia, y un clima y unos recursos naturales óptimos para atraer a turistas durante todo el año, ningún gobierno municipal ha conseguido que el principal motor económico de la ciudad lo siga siendo en invierno.

En estos momentos, y pese a que el PP prometió la puesta en marcha de atractivos para acabar al menos en parte con la estacionalización que marca al sector en los últimos años en esta zona, ningún indicador apunta en esa dirección aún.

Más allá de cifras de ocupación (de las que se benefician en su mayoría los grandes operadores y hoteles y que suelen ser engañosas si el nivel adquisitivo del turista es bajo), en Chiclana la sensación es de que el turismo navega a la deriva y sin un rumbo fijo.

La última prueba, aportada ayer por el PSOE en la oposición, es que las oficinas de turismo con que cuenta la ciudad solo abrirán dos días durante el presente puente de la Constitución.

Según denuncian los socialistas, la única oficina de atención al público que está funcionando en esta época del año en Chiclana es la situada en la calle La Plaza, y este punto solo ha abierto el pasado lunes día 5 y no lo volverá a hacer hasta el viernes día 9, y solo entre las 10 y las 14 horas de la tarde.

Con estos mimbres, desde la oposición se critica la gestión del edil popular, Stefan Schauer, a quien en las últimas semanas se le ha llenado la boca de grandes nombres y proyectos inminentes, como una nueva web municipal donde podrán realizarse directamente las reservas hoteleras.

El sector turístico chiclanero está al borde del abismo. Según explican algunos de los pocos hoteleros que mantienen sus establecimientos abiertos en invierno (Novo parece desierto en días entre semana), el turismo europeo es el que está «tirando del carro. Pero no es suficiente. La llegada de visitantes en este puente, el más largo de 2011, podría haberse aprovechado de mejor manera.

Y es que la ciudad cuenta con un potencial turístico de primer nivel vinculado a La Barrosa, que desaprovecha durante muchos meses. No se organizan grandes eventos, ni culturales ni deportivos, y tampoco se apuesta por culpa de la reducción de presupuestos por una programación lúdica de nivel, en consonancia con el comercio y la hostelería locales, como sí hacen otras localidades del entorno.

El PSOE pone como ejemplo que en años anteriores, en este puente de la Constitución y la Inmaculada se llevaban a cabo en la plaza de Las Bodegas, en pleno centro urbano, jornadas de productos gastronómicos de la ciudad, un acto que ha sido suprimido. Además, aseguran que en poblaciones cercanas como Cádiz, Jerez, Medina o Vejer hay jornadas de puertas abiertas en monumentos, así como rutas o ferias gastronómicas, «mientras que aquí no hay nada que hacer».

Ese planteamiento es justamente el que muchos chiclaneros utilizan para decir que esta ciudad es «solo sol y playa». Y eso, más que presumiblemente, terminará arruinando el turismo si nadie hace nada por evitarlo.