
«Entrenar al Xerez nunca es un marrón»
Moreno reconoce que su cargo es provisional, pero entiende que su continuidad dependerá de los resultados
JEREZ. Actualizado: GuardarVicente Moreno afrontó ayer su primer día como entrenador del Xerez Deportivo, y lo hizo con una mezcla de sensaciones, pues reconoció que vivió una jornada «desagradable» por la destitución de un Juan Merino al que ha «apoyado hasta el último momento». Ahora el valenciano tiene que afrontar la responsabilidad de sacar adelante una delicada situación, pero el nuevo entrenador azulino considera que «entrenar al Xerez nunca en la vida es un marrón sea la situación que sea. Eso se verá ahora porque seguro que se verán movimientos de gente que va a estar posicionándose para entrar aquí. Creo que estar dentro del Xerez es un privilegio. De marrón nada, sí que es una situación difícil e incómoda porque acabamos de cesar a un entrenador. Lo idóneo es empezar la temporada como técnico y que todo ruede bien. Pero la situación es la que es. Yo no me he arrugado nunca. Con toda la humildad del mundo, pero voy para delante».
Lo cierto es que la situación de Moreno tampoco es sencilla. No tienen ninguna experiencia como primer entrenador, el equipo está muy cerca del descenso y además son varios los que se quejan de que ha sido nombrado entrenador por su amistad con el director deportivo. Algo a lo que no tuvo problemas en responder: «Lo que está claro es que Viqueira es amigo mío. Eso es evidente porque a Emilio lo quiero un montón. Pero yo pongo un ejemplo. Cualquiera que haga alguna reforma en su casa o necesite poner un armario seguro que busca alguien que se lo haga bien. Seguro que no llama a un amigo que se lo vaya a hacer mal. Pero si lo hace bien y encima es de su confianza, entonces es la hostia. Si Emilio ha pensado en mí es porque cree en mi y porque la situación económica del club es difícil. Eso también hay que tenerlo en cuenta. A mí me gusta rodearme de gente en la que confío porque sé que esa gente no me va a clavar el puñal. También digo que si yo estoy aquí como entrenador puede que sea por estas circunstancias, pero sobre todo estoy aquí por mi trayectoria en el Xerez. Eso está más claro que el agua. Si yo no tengo mi trayectoria yo no estaría aquí sentado. En cualquier otro equipo yo no hubiera entrado como entrenador, pero aquí me he ganado a pulso una trayectoria. No quiero salirme de la humildad que he tenido siempre, pero también me quiero hacer respetar. Nadie me ha regalado nada».
Y además, Moreno piensa que está capacitado para el reto. De hecho, no dudó «en absoluto porque creo que eso no es bueno, pero dicen los toreros que el que afirma no tener miedo delante del toro miente. Y yo estoy de acuerdo. Uno siempre tiene ese nerviosismo y ese miedo, pero creo que no tengo ningún problema. No voy a decir que soy el mejor entrenador del mundo y que tengo una gran seguridad. Eso hay que demostrarlo. Si los resultados me acompañan el balance será positivo y de lo contrario será negativo. No me he escondido nunca y en este club se han dado más situaciones incómodas o difíciles que buenas y siempre he sabido estar. Soy un superviviente de las malas situaciones y como tal voy a afrontar este reto. Voy a intentar que esto dé un vuelco».
Y es que cuando a Moreno le propusieron hacerse cargo del equipo, Vicente solo se planteaba dos caminos: «Dar el paso atrás o darlo hacia delante a pesar de que la situación es mala. Está claro que ahora estamos en una situación complicada y el club considera que lo mejor es que ahora yo me haga cargo del primer equipo. Una vez más estoy aquí para lo que haga falta. Si la entidad piensa que debo dar el paso al frente, ahí estoy yo. Sé que es complicado porque estamos en una situación difícil, pero hay que arrimar el hombro. Estas cosas te van dando experiencia y siempre hay que sacar la parte positiva».
En cuanto a la provisionalidad de su cargo, no se quiere plantear nada. Es decir, lo único que tiene claro es que estará al frente del equipo ante el Villarreal B, pero será el tiempo el que dictamine cuanto tiempo estará sentado en el banquillo xerecista. Por eso, el ya entrenador del Xerez afirma que «sería absurdo plantear nada. Está claro que va a depender de muchas circunstancias. Aunque el club me dijera que quieren que yo esté hasta el final de la temporada, todo dependería de los resultados. Por lo tanto, soy un empleado del club que me han dado esta labor y estaré el tiempo que ellos decidan. El único partido que sé que estaré seguro es el del Villarreal. A partir de ahí, Dios dirá».
El primer entrenamiento del valenciano acompañado de Pablo Rodríguez como segundo técnico, solo sirvió de toma de contacto con una plantilla a la que ya conoce perfectamente y a la que ha tratado de «hacer ver la situación. Todo el mundo es consciente de la situación en la que nos hemos metido nosotros solos porque está claro que no lo hemos hecho bien. Les he dicho que tenemos muy buenos jugadores, pero está claro que como equipo no lo hemos hecho bien. Eso está ahí, los números no mienten. Lo que tenemos que hacer es plasmar esa calidad en buenos resultados. Tiene que haber un cambio de algo». Obviamente cuando habla de un cambio se refiere a una variación de «resultados. Si llegan los buenos resultados el balance será positivo. Yo no voy a venir a inventar nada. No conozco dos personas que piensen igual en todo por muy bien que se lleven. A partir de ahora es cuando yo voy a tomar decisiones y lógicamente habrá cambios de todo tipo».
Pese a todo, la alegría, la emoción y el miedo por afrontar un nuevo reto quedó en un segundo plano ya que Vicente reconocía que era un día «desagradable» para él. «Esto es una situación bastante incómoda. Se ha destituido a una persona con la que he trabajado muy a gusto, me he identificado muchísimo y es un tío válido y buena persona. Estoy bastante fastidiado. He estado con mi entrenador hasta el último segundo y ha tenido mi apoyo hasta el final. A partir de ahora el que toma las decisiones soy yo. Pero no voy a tener ningún renuncio, porque he estado hasta el final con Juan. Hay quien se puede pensar que esto es una oportunidad para mí, pero no me lo tomo así. Lo que pasa es que no es momento de mirar hacia atrás. Si uno toma las decisiones pensando por el bien del club, podrá tener la conciencia tranquila».