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Nicolás A. G., a su salida de los juzgados de Chiclana el pasado octubre. :: A. VÁZQUEZ
Ciudadanos

Ordenan prisión para un atracador que estaba libre tras asaltar una sucursal

La Fiscalía recurrió ante la Audiencia la situación de Nicolás A. G. quien robó una oficina del BBVA en Chiclana junto a un militar retirado

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La puesta en libertad de los dos atracadores que se habían llevado un botín de unos 30.000 euros de una oficina del BBVA de Chiclana el pasado mes de octubre causó una honda sorpresa, nada agradable, en algunos círculos. Esa fue la medida que acordó la titular del juzgado Mixto nº 3 de dicha localidad dos días después del robo y solo 24 horas después de la detención efectuada por la Guardia Civil. La Fiscalía, que se había opuesto a ese auto, recurrió en apelación a la Audiencia, que ahora ordena el ingreso inmediato en prisión de uno de los dos ladrones.

El atraco, que se cometió a mano armada, fue obra de Nicolás A.G. y de su compinche, un militar retirado de 71 años (Luis M.), que la emprendió a golpes con un fotógrafo de este medio cuando captó una imagen suya a la salida de los juzgados, tras declarar ante la jueza. Aunque el asunto aún no ha sido juzgado, ambos confesaron su participación en los hechos y además tienen una prueba en su contra de peso: las imágenes que grabaron las cámaras de seguridad de la oficina bancaria donde se les identifica porque accedieron a la sucursal a cara descubierta. Del botín sustraído, la Guardia Civil recuperó unos 17.000 euros, pero faltan otros 13.000 que presuntamente había guardado en su casa Nicolás A. G.

Nada más conocerse el auto de libertad provisional, la Fiscalía anunció que recurriría esta decisión con respecto a Nicolás A. G., desistiendo de articular la misma medida para su compinche, atendiendo a su edad longeva y que no tenía hasta la fecha antecedentes.

Todo lo contrario de Nicolás, que ya había sido detenido en anteriores ocasiones. Ese perfil de delincuente reincidente y que podía tener en poder una cantidad de dinero importante que le pudiera servir para huir lo que movió a la Fiscalía para plantear el recurso. La Audiencia estima cada uno de sus argumentos y así lo explica en el auto al que ha tenido acceso este medio: «La medida de prisión serviría para evitar la reiteración delictiva, pues según la hoja histórico penal de Nicolás A. éste ya ha tenido condenas anteriores por delitos de robo; lo que evidencia su inclinación a cometer delitos siempre de la misma naturaleza y que en definitiva el delito no es un hecho aislado en su vida. Igualmente se evitaría el riesgo de sustracción a la Justicia, pues la gravedad de la pena que podría ser de hasta cinco años de prisión, no hace desdeñable el riesgo de fuga y el imputado no ha devuelto el dinero sustraído, sin que haya dado explicación satisfactoria de cómo ese dinero pudo desaparecer de su casa».

Nicolás respondió a las preguntas de LA VOZ que le esperaba cuando salió de los juzgados en octubre. La versión que ofrece de si mismo, difiere mucho de la realidad que está plasmada en su historial delictivo: «Me meto en este fregado yo solo. Me cogió metido en el boquete, pero yo nunca, nunca he hecho eso ni lo volveré a hacer; me voy a ir a mi casa para no salir en mucho tiempo».

Sobre el paradero del dinero que se llevó del botín, la respuesta que ofreció fue muy difusa: «Yo no tengo el dinero. Si yo estoy deseando entregarlo; decir toma; aquí está». Pero esas explicaciones tampoco convencen a la Audiencia: «La conducta no revela una actitud colaboradora con la Justicia, pues negó en un principio los hechos para admitirlos después». Cuando supo que las cámaras de seguridad lo habían grabado.