Una carrera contrarreloj
El Gobierno debe actuar en Europa en sintonía con el PP para que España no quede relegada
Actualizado:Tanto Nicolas Sarkozy como Angela Merkel han hecho discursos muy relevantes en la pasada semana sobre la necesidad de adoptar nuevas medidas para salvar a la moneda única. En principio, Francia y Alemania siguen yendo de la mano en esta tarea urgente, pero a día de hoy no tienen un plan conjunto que presentar en la cumbre europea del 9 de diciembre. Es de esperar que en breve consigan ponerse de acuerdo para presentar un paquete de medidas con suficiente entidad como para disipar las dudas sobre la supervivencia del euro. Hasta ahora las decisiones de ambos líderes han sido tomadas inspiradas por una visión a corto plazo y por intereses nacionales. Es preciso que ambos políticos cambien su manera de enfocar esta crisis existencial y empiecen a pensar en europeo. Las palabras grandilocuentes de Sarkozy sobre la «refundación» de la UE y la solidaridad no ocultan que va a remolque de lo que se decida en Berlín. El dirigente francés querría retomar protagonismo y crear un núcleo de gobiernos de países del euro que pueda decir por mayoría sobre cuestiones económicas muy serias, desde los presupuestos nacionales a la regulación fiscal o social de cada país, sin contar con la Comisión o el Parlamento Europeo. La canciller alemana, por su parte, todavía medita qué hacer y sobre todo qué exigir a cambio de que se abra el grifo del Banco Central Europeo para evitar el colapso de bancos y haciendas públicas. Por ahora prefiere no vender soluciones instantáneas y opta por un discurso de ahorro, sacrificio y austeridad durante muchos años. Su llamada «unión fiscal» se basa en sanciones por incumplimiento de una buena gestión de las finanzas públicas y una salida lenta de la crisis, reduciendo poco a poco el endeudamiento público y privado y sin que los Estados miembros del euro puedan tomar muchas medidas propias sin la luz verde de Bruselas. El Gobierno español, trágicamente en funciones en el peor momento de negociación europea de los últimos treinta años, debe actuar sin demora, y hacerlo en coordinación con Mariano Rajoy el Partido Popular, para que nuestro país no quede relegado a una segunda velocidad dentro del euro y sea injustamente sometido a las directrices de un directorio que aunque foralmente esté compuesto por varios países habla en alemán.