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En casa de Pepe
Sus 350 señorías están a punto de estrenar la décima legislatura en un palacio con misterios y sorpresas. Bono nos abre la puerta
Actualizado: Guardar4 de mayo de 2008. De caoba maciza traída de Cuba por dentro, y bronce por fuera, la Puerta de los Leones se abre por primera vez para recibir los restos mortales de un expresidente del Gobierno. Zapatero y Bono susurran ante el féretro de Calvo Sotelo.
- ¿Entonces, Pepe, cuando yo me muera será más o menos así?
- Bueno, José Luis, depende de quién sea el presidente del Congreso.
José Bono, que lo será hasta el 13 de diciembre, vuelve a abrir ahora ese portón reservado a reyes y acontecimientos extraordinarios para refrescar recuerdos y defender la Cámara que venera y representa a la sagrada y tan maltratada soberanía popular. Nos gusten más o menos, a esos 350 ciudadanos que estos días presentan sus credenciales los ha elegido el mismo pueblo que en plena precampaña electoral percibía que el panorama político en España era "muy malo". Así lo pensaba una mayoría histórica -el 70,5% de los encuestados por el CIS- y más abrumadora aún que la obtenida por el PP, que ocupará el 44,6% de la bancada. Ellos, los políticos, entonces y ahora, son nuestra tercera preocupación, por detrás del paro y la situación económica, según los datos publicados este mismo jueves.
La corrupción, la proliferación de cargos, la demagogia del enfrentamiento, la codicia, la incompetencia... Si uno se para, quizás encuentre tantos argumentos como escaños para explicar ese rechazo social. Les hemos visto gritar en la puerta del Congreso más que a la Esteban en televisión -inaudito lo de Celia Villalobos chillando "tontooo" y "jodeeer" a su chófer-, pero también estremecerse cuando la diputada navarra Uxue Barkos compareció con cáncer y sin cejas.
La tercera autoridad del país, un sagitario emotivo, se queda con lo segundo; reivindica la política con mayúsculas enfundada en guante blanco. Abandona el palacio que conoció con 27 años como diputado por Albacete "con añoranzas y sin tristezas. Guardo recuerdos muy entrañables y me marcho con muchas amistades ganadas". Cuando se estrenó en la primera legislatura de la democracia, sus señorías no tenían despachos, se comunicaban por telegramas y fumaban en el hemiciclo. En la que arrancará dentro de diez días, la de la crisis y el bicentenario de la Constitución, disfrutarán de unos servicios informáticos de 4,2 millones de euros, 400 iPhone incluidos, pero seguirán mirando la misma bóveda pintada por Carlos Luis de Ribera, en 1852, en la sala de sesiones. Uno de los espectáculos más atrayentes de la vida política nacional debe ser ese techo cuajado de motivos sobre la legislación española y patriotas célebres, con alegorías de las virtudes. Se pasan horas mirándolo. ¿Qué les contará?
El busto de Azaña
Mirar es una manera de imaginar. Este fin de semana, en las jornadas de puertas abiertas, cientos de españoles han vuelto a buscar en ese cielo de la patria la huella de los disparos del 23-F. Y se han detenido en el Vestíbulo Principal, uno de los rincones favoritos de Bono, donde descansa 'La Pepa'. No abulta, tampoco pesa demasiado y no parece vigilada del todo.
- Presidente, ahora mismo levanto ese cristal y me llevo la Constitución en el bolso sin que nadie se percate. Las cámaras enfocan a otro ángulo.
- Noooo, fallaría. La auténtica está bien guardada.
Vaya, es de pega. Pero descansa sobre una soberbia mesa chapeada en caoba y boj. Dicen que en ella se firmó la Constitución de 1812, la primera. No hay certificado escrito, pero sí alguna pista visual. A Bono le encanta descubrirla en el óleo donde Juan Antonio Benlliure y Gil inmortalizó al primer presidente del Congreso, Ramón Lázaro Dou y Bassols. "Lo importante es fijarse en el friso de la mesa sobre la que está escribiendo. ¿Veees? ¡Es la misma!".
Aquí, hasta el último centímetro de alfombra esconde su historia. Un regalo para un hombre meticuloso, de memoria privilegiada, que roza la obsesión por el trabajo. Él rescató del sótano un crucifijo atribuido al maestro italiano Benvenuto Cellini. Lo encontró leyendo un libro que recogía cómo en 1933 un diputado del Partido Radical entró en el despacho presidencial y le preguntó a Julián Besteiro qué pintaba allí ese cristo de marfil. "El presidente le dijo: 'oiga, es una obra de Cellini, y además, ¿no cree que si él viviera estaría de nuestra parte?'. Su sucesor lo quitó. Yo lo mandé buscar, lo trajeron del depósito y se colocó donde lo tenía Besteiro".
Bono ha mandado quitar y colocar más cosas, que seguro darán que debatir en la próxima legislatura. ¿Qué hará el PP con Manuel Azaña? Su busto, 400 kilos de piedra labrada, donado por Izquierda Republicana, mira de frente a Isabel II en la misma sala de la 'La Pepa', por orden y deseo del presidente. "No lo querían poner aquí, pero yo me empeñé. Uno enfrente del otro. Los dos fueron jefes del Estado español y murieron en el exilio. En esta casa caben la Monarquía y la República". No todos piensan igual. El resto de la Mesa del Congreso se ausentó del festejo de Azaña, celebrado este lunes.
En el hemiciclo, más que poner, ha retirado alguna cosa y parece que nadie se ha querido dar cuenta.
- ¿Dónde está la bandera de la UE? Solo veo la de España.
- La quité en junio, pero no por desafecto con Europa, sino porque a efectos de representación no es lo mismo una nación que 27.
El sustituto de Bono -el que nombre Mariano Rajoy y los diputados que aportan estos días la retención de su IRPF, firman su declaración de bienes, patrimonio y actividades y se hacen una fotografía, quizás decidan colocarla de nuevo. O no. En el palacio está ya casi todo dispuesto para recibirles. Casi, porque aún no está decidido si Amaiur y UPyD tendrán grupo propio. Será la próxima Mesa del Congreso, donde el PP tiene mayoría, quien decidirá si sus despachos y sus cupos de dinero y tiempo son más generosos o los deben compartir con el pelotón mixto.
Bono se lava las manos y lanza un consejo a los que llegan, que casi la mitad (168 diputados, el 48% del total) son nuevos en estos lances. "En estos cuatro años la paz ha sido extraordinaria. Y la temperatura la marca el presidente, que debe ser muy templado". Escuchándole cómo ordena hasta el último detalle en el despacho –"no se olviden de darle tratamiento de presidente al señor Mário Soares"– o por los pasillos –"¡por favor, limpien esa puerta, que está llena de polvo!"– no le debe resultar fácil domar los nervios en esa cabeza hiperperfeccionista. "Eso se aprende en la calle, en lugares como La Mancha. Aquí hay que venir aprendido. Un presidente novel lo pasaría mal".
Él no ha amonestado a ningún diputado ni en voz excesivamente alta ni con la campanilla bruñida en plata que, desde 1850, los presidentes del Congreso han guardado en ese mismo despacho. Prefiere los mensajes discretos en tarjetones -"te he oído", "baja el tono"- y regalar bombones a diputados como el riojano Juan Antonio Gómez Trinidad (PP): "Es una delicia escucharle hablar de Educación".
"Grita que se las pela"
Pero no todo ha sido tan dulce como quiere recordar este hombre a quien han atacado donde más duele a un político impregnado de populismo: la honradez. Los populares colgaron en internet sus pertenencias, poniendo en evidencia que mientras este abogado, licenciado por la Universidad de Navarra, dirigió Castilla-La Mancha entre 1983 y 2004 con mayorías absolutas, el patrimonio familiar engordó con varios pisos, fincas y otras propiedades. El fiscal general no vio indicios de delito y Bono no bramó, al menos en los micrófonos. No se le movió ni un pelo del tupé, pero puso el Congreso patas arriba hasta que sus señorías, todas, han tenido que ‘cantar’ los ceros de sus cuentas y los metros cuadrados de sus posesiones. Ha vivido más cornadas de las que atraviesan el alma, como la separación de la madre de sus cuatro hijos. Pero siguió cogiendo el AVE en Toledo para llegar a su despacho a las 8.20 con el mismo nervio de todas las mañanas.
Ha tenido tiempo y mano para casi todo. Ha sido el primero de los 144 presidentes del Congreso que sienta a comer en su despacho al monarca del país. Lo hizo hace unos días, en una de sus múltiples despedidas. "Cosas de Bono, que le encanta agasajar, mimar, a los representantes públicos, sean del partido y las ideas que sean. Es un señor muy diplomático. Bueno... aunque cuando se queda a solas con su equipo se oyen algo más que buenas palabras. Grita que se las pela", confiesa un viejo funcionario con varias legislaturas a sus espaldas.
El almuerzo con don Juan Carlos fue inaudito, aunque los momentos "más emocionantes" que guarda Bono son de otra naturaleza. La votación para investir a ZP, el primer homenaje a las víctimas del terrorismo en el Congreso -¡el primero!-, la capilla ardiente de Calvo Sotelo, el aplauso de toda la Cámara cuando en sus palabras de despedida le deseó «mucha salud» a Uxue Barkos... Los malos o no sabe o no contesta: "Es que el sabor que queda es grato".
Pero aún no ha dicho sus últimas palabras en el palacio inaugurado el 31 de octubre de 1850, tras siete años de obras, durante los cuales los diputados se reunían en el salón de baile del Teatro Real. Las dirá pasado mañana, el día de la Constitución, en un acto que al final no tendrá sus hechuras. Con la Cámara disuelta, se ha decidido reajustar la agenda y renunciar a la lectura de la Carta Magna en el hemiciclo por parte de estudiantes y famosos. La idea de aprovechar los primeros días del mes para que jóvenes y protagonistas del mundo del deporte, el espectáculo y la televisión leyeran de forma íntegra e ininterrumpida los 168 artículos de la 'ley de leyes', surgió en 2008, cuando Bono accedió a la Presidencia. Pero no hubo acuerdo sobre la lista de invitados y hubo que esperar a 2009 y 2010 para escuchar, por ejemplo, a Imanol Arias declamar un artículo y de paso apoyar la causa del Sáhara Occidental.
El escaño del 15-M
Esta edición tendrá menos morbo glamuroso, pero todo el político. Por primera vez la izquierda abertzale está invitada a la recepción, aunque todo apunta a un plantón de los siete diputados y los tres senadores electos de Amaiur. No celebrarán la Constitución, pero acatarla, la deberán acatar cuando tomen posesión de su acta, aunque sea "por imperativo legal", como acuñan otros diputados nacionalistas.
También se estrenará Alberto Garzón (Logroño, 9 de octubre de 1985), el más joven del hemiciclo y con visos de regalar más de un titular. Portavoz del 15-M de Málaga, recuperó para IU el escaño perdido en 2004 en esta capital andaluza. Más cómodo en Twitter que con corbata, ya ha avanzado algunos asuntos. "Acabamos de renunciar al plan de pensiones privado. No hay precedentes, nos dicen", soltó en la red social. Se trata de un plan colectivo por el que el Parlamento aporta cada mes un 10% del salario de cada diputado y senador para completar su pensión de jubilación. Varios representantes de IU han renunciado a ello porque consideran que deben tener el mismo régimen que cualquier ciudadano. ¿Un gesto original? No del todo. Lo inventaron en 1812. Entonces no conocían el paro ni los desahucios televisados, pero sí el hambre. Había tanta, que varios diputados se privaron de su sueldo íntegro. La prensa gaditana aplaudió, por ejemplo, a José García de León y Pizarro (ministro de Estado) y Ventura de los Reyes (diputado por Filipinas) por devolver a las Cortes los 5.003 pesos remitidos en concepto de dietas en el navío San Pedro de Alcántara, procedente de Veracruz. Hoy bastaría con un click. Pero son otros tiempos.