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Rusia vota hoy bajo el temor al fraude
Los actuales dirigentes del país enfrentan las legislativas con un fuerte descenso de los apoyos, según los sondeos
MOSCÚ. Actualizado: GuardarRusia celebra hoy elecciones para elegir a los 450 diputados que forman la Duma Estatal, la Cámara Baja, una pieza esencial en la estrategia de poder absoluto y eterno para el actual primer ministro, Vladímir Putin. De ahí la agresividad de la campaña electoral de Rusia Unida, su partido, y la inferioridad de condiciones en las que han estado todos sus adversarios.
Putin ha recurrido al voto del miedo con la socorrida invocación de 'yo o el caos' mientras su pupilo, el actual presidente, Dmitri Medvédev, advertía de que «salvo nuestro partido, no hay ningún otro capaz de dirigir el país y su economía con eficacia». Lo cierto es que todas las organizaciones políticas que aspiran a arrancar puestos en la Duma al clan oficialista temen que el Kremlin para impedirlo eche mano una vez más del fraude y la manipulación.
Los comicios son la antesala de las presidenciales que tendrán lugar el próximo 4 de marzo, a las que se presenta Putin como favorito indiscutible. Ocupó la jefatura del Estado dos mandatos, entre 2000 y 2008 (la Constitución no permite un tercero consecutivo), y no ha querido que Medvédev tuviera la misma oportunidad.
La única explicación que hasta ahora ha dado el poderoso jefe del Gobierno sobre la decisión de ponerse él y no su protegido al frente del país es que «el pueblo así lo demanda», basándose en su mejor índice de popularidad. Los analistas, sin embargo, consideran que la razón real que ha inducido a Putin a volver al Kremlin es que se avecinan tiempos difíciles y Medvédev no infunde el suficiente respeto entre la élite dirigente como para mantener el orden y la cohesión.
A juicio del politólogo Andréi Piontkovski, «Putin ha demostrado ya sobradamente lo que entiende por orden y cohesión: recorte de libertades fundamentales, eliminación de la auténtica oposición y control de la Justicia, los medios de comunicación, el poder legislativo y el propio proceso electoral».
Es previsible, por tanto, un endurecimiento de la situación en Rusia «en los próximo años», estima el líder del partido liberal Yábloko, el economista Grigori Yavlinski. A su juicio, «la única posibilidad de evitar que algo así suceda es que el electorado se decante por nosotros, la única formación en liza que defiende la verdadera democracia y la economía de mercado». Los sondeos, sin embargo, no parecen muy propicios para Yavlinski, ya que le asignan un 2% de los votos.
El posible agravamiento de la situación en el gran país eslavo se vincula con la actual incertidumbre que la crisis está generando en todo el mundo, ya que la economía rusa depende casi en exclusiva de la exportación de materias primas, petróleo y gas principalmente, pero, sobre todo, con el hartazgo generalizado que reina entre la población.
La entrada masiva de petrodólares durante los años de vacas gordas y los buenos indicadores macroeconómicos de Rusia no han llevado la abundancia a todos los hogares. Las diferencias sociales son enormes mientras la política y la economía continúan monopolizadas en manos de la oligarquía próxima a Putin, la 'cleptocracia' y, en definitiva, la 'nomenklatura' de Rusia Unida. «Algo parecido a lo que pasaba con el Partido Comunista en la época soviética», afirma el politólogo Stanislav Belkovski. El propio Medvédev reconoció en el reciente congreso de Rusia Unida que «la gente está cansada de tanta corrupción».
«Golfos y ladrones»
La arbitrariedad también tiene hartos a los rusos y la falta de respeto a la ley, sobre todo por parte de quienes deberían dar ejemplo. Putin surgió como paladín del orden y la percepción general en Rusia, según el contenido de los blogs opositores, es que «el poder está en manos de golfos y ladrones».
Con todo este panorama era lógico que el apoyo a Putin, Medvédev y al partido de ambos decreciera sensiblemente. El jefe del Gobierno fue incluso abucheado hace dos semanas cuando acudió a un acto deportivo. Según distintas encuestas, Rusia Unida obtendría en las elecciones de hoy entre el 41% de los votos (Instituto sociológico VTSIOM) y el 53% (Centro Levada), equivalente a 253 escaños. Perdería en cualquier caso la mayoría constitucional (la necesaria para introducir cambios en la Constitución, establecida en 300 diputados de 450) y podría incluso perder la mayoría absoluta.
La radio 'Eco de Moscú' ofrece el resultado medio de varios sondeos que asigna al partido del Kremlin 224 escaños (la mayoría absoluta está en 226), lo que supone perder 91 escaños con respecto a las legislativas de 2007. Los comunistas, la segunda fuerza más votada, obtendrían 94 escaños, 37 más que ahora.