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Bochornoso paso atrás
Algunos jugadores del Xerez pidieron «disculpas» tras la pésima imagen mostrada ante el Huesca
Jerez Actualizado: GuardarNoventa minutos dan para mucho, pero dependiendo de la forma en que se utilicen pueden ser rentabilizados o desechados y ayer al Xerez le dio para hacer que el xerecismo pasara de la ilusión a la resignación. La afición del Deportivo llegó a Chapín pensando que el mal inicio de temporada no había sido más que un bache, una mala pesadilla que ya había quedado atrás, pero ni tan siquiera hubo que esperar al 90’ para darse cuenta que la situación del Xerez es preocupante. Bastaron los primeros 45’ para comprobar que la falta de confianza ha convertido al jerezano en un cuadro sin identidad, con muy poca voluntad y con menos fútbol aún. Y pese al trabajo que viene realizando Merino, parece que la situación se está enconando y puede que el técnico de La Línea no sea capaz de levantar el vuelo del Xerez. Ayer permitió que el Huesca, un equipo que estaba en descenso, lograra su tercera victoria de la temporada. Por eso y por el mal juego tuvo que escuchar una vez más como cada vez más porcentaje de la grada de Chapín pide su cabeza.
Ayer dio síntomas de haber perdido un poco el rumbo. Quiso inventar y salió de inicio con una mezcla rara. Los mismos hombres, con distinto sistema, pero tratando de mantener el estilo. Un invento raro que ni mucho menos dio resultado por más que los futbolistas fueran los mismos que siete días atrás vencieron en Huelva. El técnico xerecista no varió jugador alguno, pero sí que cambió el dibujo. Del 4-4-2 se pasó al trivote. Merino tiró a Tato a la izquierda y colocó en el centro del campo una especie de trivote con Bruno Herrero, Miguel Ángel Cordero y Capi escalonados justo por detrás de José Mari. En otras ocasiones este dibujo se había relacionado con el fútbol de toque y la jugada trenzada desde atrás, pero la mezcla fue tan rocambolesca que en lugar de sacarle partido a ese sistema a base de posesión, el Xerez se abonó al balón largo en busca de José Mari. Lo repitió una y otra vez sin éxito dejando una primera media hora de juego tan pobre como aburrida.
El Huesca tampoco se complicaba la vida, pero su táctica le permitía llegar a tres cuartos de campo con el balón controlado. Javi Martínez era el más activo por la banda derecha y tras uno de sus centros llegó el punto de inflexión del partido. Doblas se precipitó, salió mal a por un balón aéreo que no pudo atrapar y se lo dejó en bandeja a Roberto. El delantero del Huesca lo hizo bien y encontró un penalti que buscó metiendo el cuerpo entre Doblas y Robusté. Camacho se encargó de materializar con un ajustadísimo disparo al palo que puso por delante a los visitantes. El despropósito azulino no había hecho más que comenzar.
Cinco minutos más tarde Bauzá tuvo el segundo en su cabeza, pero no fue capaz de rematar a gol, libre de marca, un buen centro desde la izquierda.
A renglón seguido llegó la expulsión de Robusté, que se cubrió de gloria al arriesgar con un agarrón muy lejos de la portería que defendía Doblas y que le costó la segunda amarilla. En el momento que el Xerez se quedó con un hombre menos parecía que al Deportivo no le podía pasar nada peor, pero las cosas venían torcidas para los xerecistas y no había más que mirar al banquillo para entender que la pesadilla acababa de comenzar. A Merino le había dado un ataque de valentía a la hora de confeccionar la convocatoria y no había introducido ningún central más por lo que sería Bruno el que tendría que aguantar en el centro de la defensa hasta el minuto 90.
Ni el jerezano ni ninguno de sus compañeros pudo hacer nada para evitar el segundo del Huesca, que llegó antes del descanso. Gilvan lanzó un libre directo buscando el palo del portero, pero Cordero metió la cabeza tratando de despejar un balón que cambió por completo su dirección y que resultó imposible de atajar por Doblas.
La segunda parte sobró. El Xerez lo intentó en los primeros minutos, pero en inferioridad la gasolina se acabó pronto. Vélez acortó distancias en el tramo final, pero fue solo un espejismo. Al Huesca le bastó con apretar un poco y marcar el tercero para cortarle las alas al Deportivo y hacer estallar la indignación del xerecismo.