Di Maria engañó a toda la defensa rojiblanca y marcó el primer gol. :: EFE
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Di María desnuda al Sporting

Autor de un gran gol y del pase a Cristiano que garantizaba el triunfo, el argentino lideró la fácil victoria del Real Madrid en El Molinón

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Con esfuerzo, buen orden defensivo, eficacia y un Di María sobresaliente, el Madrid tuvo más que suficiente para vencer la resistencia del corajudo Sporting y consolidar su posición de privilegio, a una semana del 'clásico'. Pese a que sin Xabi Alonso los de Mourinho se parecieron más al bloque compacto y poco vistoso del curso pasado que al grupo brillante de esta campaña, su triunfo fue indiscutible en El Molinón. Y ya suman nada menos que 14 victorias consecutivas, tres por encima del mejor registro de Guardiola en el Barça y a solo una del récord logrado con Miguel Muñoz en el banquillo hace más de medio siglo. Cristiano marcó su decimoséptimo gol y acabó con su sequía ante los gijoneses.

Sorprendió Mourinho con dos decisiones. Dijo en la víspera que Sahin estaba listo para poder reemplazar a Xabi Alonso, pero al final prescindió del turco como organizador. En una apuesta conservadora, antepuso el músculo al toque y apostó por Lass y Khedira como pareja de medios. Se esperaba que el francés jugase de lateral derecho, en lugar del ausente Arbeloa, pero el portugués colocó en esa demarcación a su paisano Coentrao.

Aunque los asturianos decidieron esperar en su campo en lugar de realizar una presión avanzada, el Madrid evidenció que sin el tolosarra, reservado para el Camp Nou porque vio la quinta tarjeta ante el Atlético, nada es igual. Sufrió graves problemas para construir y abusó de los pelotazos de Pepe.

El partido, marcado por el festival tarjetero de Iturralde, criticado entonces desde la grada porque amonestaba a los rojiblancos que jugaban y sancionaba a los merengues del banquillo -expulsó incluso a Rui Faria, fiel escudero de Mourinho-, se abrió en una acción de lo más extraña. Di María marcó uno de esos goles que a primera vista parecen antológicos y, tras un análisis más pausado, se comprueba que fue un obsequio de la zaga aprovechado con grandeza. Al argentino se le escapó un control, pero porfió y le robó la cartera al lateral Damián Suárez, suplente habitual de Lora en esa zona. Se internó en paralelo a la raya de fondo y, aunque no tenía a quien darle el pase de la muerte, el portero Juan Pablo le regaló el primer palo. Di María acertó con poco ángulo y toque sutil.

No varió mucho el panorama en la reanudación, aunque el Madrid creció a medida que el Sporting se quedaba sin fuelle. No se veía ni una pizca de fútbol pero sí había mucha emoción por lo ajustado del resultado. Y mató el partido el Madrid en su mejor combinación. Di María vio el desmarque de Cristiano, le dio un pase perfecto y el portugués no perdonó tras driblar a Juan Pablo. Y faltaba la preciosa guinda de Marcelo, mejor extremo que defensa, con el tercer tanto.