Una larga historia de deporte y adicciones
La muerte de Sócrates es el último episodio de estrellas que desaparecieron víctimas de las drogas
París Actualizado: GuardarSócrates, el legendario ex futbolista brasileño fallecido este domingo a los 57 años por complicaciones derivadas de su alcoholismo, es el último episodio de los casos de deportistas víctimas de adicciones, que en ocasiones terminan con el peor de los finales.
Garrincha, George Best, Diego Maradona, Paul Gascoigne, Gerd Muller o Tony Adams en el fútbol, o los 'rugbiers' Marc Cécillon, que mató a su esposa bajo los efectos del alcohol, y el joven internacional neozelandés Zac Guildford, con problemas con la bebida a sus 22 años, saben muy bien lo que es enfrentarse a sus demonios.
El más célebre de todos ellos es el de Maradona, ídolo absoluto en Argentina, futbolista genial que cayó en las drogas y que tuvo problemas cardíacos que estuvieron a punto de costarle la vida en abril de 2004.
El campeón mundial de 1986 habló abiertamente de su adicción y se sometió a una cura de desintoxicación bajo el amparo de su 'amigo' Fidel Castro en Cuba, además de a una operación de estómago que le permitió perder en un tiempo récord unos treinta kilogramos.
Otra leyenda, el mítico irlandés George Best, campeón de Europa de 1968 con el Manchester United y Balón de Oro de ese año, fue víctima del alcohol y sus problemas obligaron a una retirada prematura.
«En mi vida gasté mucho dinero en mujeres y alcohol, el resto lo despilfarré», había declarado en un comentario célebre de este 'sex symbol' de los años 60, que en 2002 tuvo que someterse a un trasplante de hígado y que murió en noviembre de 2005, a los 59 años.
Otro ídolo venerado en Brasil, Garrincha, que tuvo una infancia en un barrio pobre, se acabó convirtiendo en una leyenda, hasta el punto de que uno de los vestuarios del estadio Maracaná de Rio de Janeiro lleva su nombre. El otro está dedicado a Pelé.
Fue campeón mundial en Suecia-1958 y Chile-1962, pero Garrincha murió alcohólico y en una situación económica complicada a los 49 años, tras acabar su carrera casi como un muerto viviente en Olaria, un modesto club de Rio.
En Alemania, el histórico goleador Gerd Muller, campeón mundial de 1974 (68 goles en 62 partidos como internacional) y vencedor de las Ligas de Campeones de 1974, 1975 y 1976, tuvo también problemas con el alcohol en los años ochenta.
Sus ex compañeros de equipo Frank Beckenbauer y Uli Hoeness le tendieron la mano y le ayudaron a recuperarse: Gerd Muller, ya sobrio, forma parte del organigrama del Bayern de Múnich.
Más recientemente, los internacionales ingleses Paul Gascoigne y Tony Adams reconocieron estar librando una batalla contra el alcohol. El segundo, ex capitán del Arsenal, parece estar recuperado y ha fundado incluso una asociación encargada de prevenir que deportistas caigan en adicciones.
Su libro-testimonio, contando su descenso a los infiernos y su reacción tras tocar fondo, es además un 'best seller'.
Gascoigne, por contra, uno de los centrocampistas más talentosos de la historia del fútbol inglés, es noticia con demasiada frecuencia por distintos problemas, como peleas o controles de tráfico en estado de embriaguez.
En Francia, el ex internacional de rugby Marc Cécillon pagó caro su problema: el 7 de agosto de 2004, el ex jugador de Bourgoin mató a su esposa con un revólver 357 magnum en una noche en la que estaba deprimido y en la que había ahogado sus penas en alcohol.
Fue condenado a catorce años de prisión y consiguió la libertad condicional en julio de 2011.
Pero la dependencia y la adicción no esperan siempre a la retirada para golpear, como demuestra el caso de Sócrates, que admitió que ya bebía cuando era jugador: el ala de los 'All Blacks', Zac Guildford agredió, desnudo y borracho, a dos personas a mediados de noviembre y luego fue acusado de acoso sexual a una triatleta.
Guildford había reconocido durante el pasado Mundial de rugby que tiene problemas con el alcohol. A sus apenas 22 años.